Tom.
Perfecta. Eso era lo único que mi voz interior me decía. Ironía. ¿Era acaso una coincidencia?. Amor. ¿Mi corazón así se sentía? ¿Con amor? Mis pensamientos me estaban absorbiendo como un hoyo negro a la materia. Un voz femenina interrumpió aquello que me separaba del mundo exterior.
-¿Usted que ordenará?-. Dijo la chica. Se mostraba nerviosa, al parecer sabía quién era yo.
No sabía que decir, ni siquiera había visto la carta. Miré lo más rápido que pude la carta y ordené.
-Ammm... Si. Yo, quiero, el Hummus-. Mi voz tartamudeaba demasiado. No quería ser tan obvio pero definitivamente estaba mostrando lo contrario.
Mis mejillas sonrojadas, la mirada de Paddy pícara, las miradas de Harry, Sam y Harrison mostrando que estaban confundidos y las miradas de mis padres perplejos por la situación, hacían que cada vez me sintiera más nervioso.
-De acuerdo, es unos momentos traeré su comida-. Retiraba las cartas de la mesa pero yo aún sostenía la mía con ambas manos. -Perdón jovén. ¿Podría darme su carta?-. Sonreía, que bella sonrisa.
-Oh si, perdón. Tenga-. Extendí la carta para que la tomará y se retiró.
Mis manos sudaban. No hablaba. Paddy a un lado mío dándome codazos y susurros diciendo: "Esa es la chica". ¿Puede ser aún peor este día? Corrección. Es el mejor día de mi vida. Menos por la parte en qué pase la peor de las vergüenzas.
-Ya cállate Paddy-. Susurré. Lo miré de reojo. no dejaba de molestarme con aquella mesera.
-¿Qué dices? ¿Que esa no es la chica a la que le sonreiste el otro día en las canchas?-. Lo fulminé con la mirada. Solo estaba callado. -No diré nada, tranquilo.
-Ya no hay nada que decir. Ya todos se dieron cuenta de la situación-. A pesar de que todos estaban hablando en su propio tema la tensión se sentía.
-Ni siquiera la conoces, hermano-. Curiosidad, eso decía en sus ojos.-¿Te ayudo a qué sea así?
-¿Qué? No. Digo, no hay manera-. Solté un risita pequeña. Nerviosismo.
-Ríndete entonces-. Se volteó en dirección a mi madre y después de eso ya no seguimos hablando.
-Perdón, tengo que ir al baño-. Retiré la servilleta de tela de mis piernas y la coloqué en la mesa. Todos me vieron pero solo afirmaron.
Quería pensar. Quería un poco de privacidad. ¿Qué hace que vuelva tan loco? ¿Por qué estoy pensando tanto las cosas? No la conozco y estoy seguro de que ella no me recordaría.
Cuando llegué al baño lave mis manos y esparcía un poco de agua en mi rostro con ambas manos. Me miré en el espejo. Quería olvidarla, pero esos ojos color miel y café, aquel cabello ondulado y que brillaba con la luz hacía que mis hormonas quisieran estallar. Mis pensamientos pervertidos pensaron en ese traje pegado que hacía resaltar su cintura. Todo en ella era perfecto.
Toc Toc Toc.
-Esta ocupado-. Mi tono de voz era un poco brusco pero enserio quería privacidad.
Toc Toc Toc.
-Dije que esta ocupado-. Cambié la dirección de mis ojos a la puerta.
Toc Toc Toc.
Mi paciencia ya estaba hasta el límite. Separé las manos del lavabo y fui a abrir la puerta.
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El detrás de mí pasado. (Tom Holland y tú)
Novela Juvenil*INTRODUCCIÓN ACTUALIZADA: PARTE #15* El pasado no siempre puede ser rosas y serpentinas de colores. A veces, te puede llegar algo que simplemente será un nuevo comienzo en tu vida. Esta historia, está mezclada con el misterio y el amor. Un famoso...