A partir de ese momento, ya nada fue igual. Durante todo el juego Tom y yo no hablamos, solo nos mirábamos "casualmente" pero no decíamos una sola palabra. Ninguno de los dos comprendíamos lo que había sucedido.
Sabía que no era buena idea jugar.
-Tengo que salir, lo siento-. Caminé a la entrada y salí del departamento.
Detrás de mi sentí las miradas de todos. No tenía idea de si estaban sorprendidos o preocupados. No me importó.
Me senté en las cortas escaleras fuera del departamento. Mis piernas estaban dobladas, mis brazos estaban recargados de mis rodillas y mi mentón estaba recargado en ellos. No veía a nada en específico, solo observaba lo hermoso que las estrellas titilaban.
El sonido de la puerta abriéndose se escuchó pero no volteé, no tenía interés en saber quién era.
-¿Qué fue eso?-. Leo. Se sentó al lado de mi recargando las manos sobre el piso.
-Leo, quiero estar sola-. Dije sin mirarlo.
-Estás loca si piensas que me iré.
-Hablo enserio, necesito estar sola-. Volteé y el me miraba con una ceja arqueada-. ¿Y?
-¿Te gusta? Quiero decir, eso es evidente. Pero, ¿te gusta mucho?
-¿De qué hablas?
-Nunca antes te habías puesto así con un chico.
-Tal vez por qué solo he tenido dos novios-. Si, es cierto.
-Hablo enserio-. Se inclinó hacia adelante cruzando sus brazos. -Jamás había visto que estuvieras así de sería después de un beso.
-Es por qué no estoy segura de mis sentimientos.
-¿Por qué eres así?
-¿Así como?-. Me incorporé y me paré frente a él, estaba molesta.
-Tan insegura. Por una vez, acepta que el te quiere-. También se incorporó.
-¿Cómo es que están tan seguros de que el me quiere?
-Vaya, para ser muy lista eres muy terca-. Rodé los ojos. -Mira, solo te diré que hay un chico muy lindo ahí dentro que espera hablar contigo-. Señaló la puerta detrás de él.
-No estoy lista-. Me crucé de brazos y me senté de nuevo.
-Lo estarás-. Me tomó del brazo con fuerza, lo que hizo que no me pudiera desprender de él.
-¡Suéltame! ¡¿Qué haces?!-. Grité danos arañazos a sus manos.
-Lo que debí hacer hace rato-. Entramos.
En el piso estaba dormido Hazz, quien apenas sabía que estaba en este mundo, Zendaya tomaba exageradas cantidades de agua en la cocina y Tom se encontraba posado en el marco del cancel que daba a su jardín. Estaba cruzado de brazos y miraba al cielo estrellado.
Leo, sin dejar de jalarme, me guió hasta el y me lanzó cayendo en su espalda haciendo que ambos quedáramos desplomados en el piso. El boca abajo y yo sobre el. En ese momento mis manos estaban sobre su bien trabajado dorso y me sonrojé.
-L-lo siento-. Me levanté y extendí una mano para ayudarlo. Correspondió.
-No te preocupes, solo tendré un chichón en la frente pero nada más-. Una risa nerviosa salió de mí.
-Tom, sobre lo de hace rato-. Interrumpió.
-Descuida, si no quieres hablar no lo haremos.
-Es que, si quiero hablar-. Silencio.
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El detrás de mí pasado. (Tom Holland y tú)
Teen Fiction*INTRODUCCIÓN ACTUALIZADA: PARTE #15* El pasado no siempre puede ser rosas y serpentinas de colores. A veces, te puede llegar algo que simplemente será un nuevo comienzo en tu vida. Esta historia, está mezclada con el misterio y el amor. Un famoso...