Leo me movía de lado a lado. Yo cubría en su total mi cuerpo con las sábanas. Esta vez la temperatura de Londres era más baja y por ende era mayor el frío que hacía.
-Vamos, _____. Ya levántate-. Dijo sin dejar de moverte.
-No quiero, es sábado. Puedo descansar lo que yo quiera.
-¡Ya levántate!-. Gritó.
-Te odio. Si no hubieras roto la perilla, ahora mismo seguiría dormida-. Dije en tono bajo.
-Cállate-. Siguió moviéndome de lado a lado.
-Ya déjame, Meredith-. Se detuvo y se quedó en silencio. Una sonrisa de victoria se tornó en mi rostro.
-No vuelvas a mencionar ese nombre.
-Entonces, déjame descansar.
-____, tus padres. Tenemos que ir por ellos al aeropuerto.
Mierda.
-¡Mis padres!-. Me levanté de golpe empujando a este con mis brazos y yendo al baño.
Me bañé lo más rápido que pude. No había tiempo de disfrutar una ducha caliente.
Salí de la regadera y me coloqué mi toalla/bata. Mi cabello lo dejé secar al natural ya que el tiempo me comía. No usé maquillaje.
Fui a mi habitación y ahí seguía Leo, pero está vez el estaba recostado en mi cama. Tomé lo primero que ví y se lo lancé. Se exaltó y calló al piso.
-¿Qué fue eso?-. Dijo este sobándose la cabeza.
-¿Cuánto tiempo nos queda para ir por ellos?-. Ignoré su pregunta.
Sacó su celular del abrigo que tenía puesto, porque para ese momento el ya estaba totalmente listo.
-Tenemos-. Tardó en responder. -¡10 minutos!
-¡¿Qué?!-. Mis ojos se abrieron como platos. -¿Qué hora es?
-Son las 9:50.
-Levántate,-. Lo jalé del brazo y lo saqué de la habitación. -prepara algo rápido para desayunar. Estoy lista en cinco-. Cerré.
No había tiempo de escoger la mejor prenda. Tomé un buzo simple color gris y una sudadera negra. Até mi cabello en un bucle/chongo bajo, la temperatura hizo que se haya secado con rapidez. Me puse unos vans negros y tomé mi celular.
¡Diablos!
Era un mensaje de mi padre.
"Estamos a punto de aterrizar, nos vemos mi cielo. (Seguido de un emoticón de beso)"
-¿Cómo va el desayuno?-. Dije saliendo a zancadas de mi habitación.
-Ya casi está.
-¿Ya casi? ¡Leo! Solo tenemos cinco minutos.
-¡Tranquila!-. Gritó un poco enojado. -Además, esto es tu culpa. Te dije que te despertarás por lo menos unos treinta minutos y no me hiciste caso.
-Tenía sueño, ¿si?-. Dije molesta.
-Yo también tengo sueño pero las obligaciones son primero, jovencita.
-Esta bien. Perdón, papá-. Volteó de la estufa y frunció el ceño. -¿Qué? Te oíste idéntico a el.
-Cállate-. Regresó la mirada a la estufa. -Mejor come, ya está listo. Y apúrate.
Acto seguido me sirvió el desayuno en un plato extendido y lo posó en el comedor. Olía delicioso pero disfrutarlo no era el punto ahora.
Comí lo de mi plato a la velocidad de flash y al terminar deje mis trastos en el fregadero. Fui al baño rápidamente y lave mis dientes. Luego de salir, llegó Leo e imitó mis actos, también se alistó. Se veía muy guapo, más de lo normal, lo que hizo que me extrañara un poco pero no hice caso.
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El detrás de mí pasado. (Tom Holland y tú)
Teen Fiction*INTRODUCCIÓN ACTUALIZADA: PARTE #15* El pasado no siempre puede ser rosas y serpentinas de colores. A veces, te puede llegar algo que simplemente será un nuevo comienzo en tu vida. Esta historia, está mezclada con el misterio y el amor. Un famoso...