15. 23:45 del 5 de Mayo

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EL DIARIO DE GUN ATTHAPHAN POONSAWAS

Domingo, 5 de mayo, 23:45.

Ojalá pudiera recordar lo que ocurrió. - dije en un suspiro. La vuelta a casa había sido silenciosa e incómoda, Nawat estaba en el salón leyendo y yo sentado a su lado con un vaso de agua.

- ¿Lo que ocurrió? - dijo. - ¿Por qué?

Pensé en todos los demás recuerdos que me habían venido. Recuerdos breves, pasajeros, que ya no estaban, que se habían evaporado, pero que había anotado, sabía que habían existido, que todavía existían en algún recoveco de mi memoria queriendo salir a la luz.

Estaba convencido de que había una especie de llave, un recuerdo más fuerte que podría liberar todos los demás.

- Creo que si lograra recordar el accidente, lograría recordar otras cosas, como piezas de dominó siguiendo la primera que ha caído. Quizá no recordase todas, pero sí las suficientes. Nuestro noviazgo, por ejemplo, cómo nos conocimos. Ni siquiera puedo recordar eso - bebí un sorbo de agua.

Había estado a punto de mencionar el nombre de mi hermano hasta que recordé que Nawat no sabía que había leído sobre él.

- Tan solo el hecho de despertarme y saber quién soy sería un gran paso - añadí.

Nawat entrelazó las manos y posó el mentón sobre ellas. - Los médicos dijeron que eso jamás pasaría.

- No pueden saberlo con tanta certeza, quizá están equivocados.

- Lo dudo.

Dejé el vaso en la mesita. Nawat se equivocaba, creía que estaba todo perdido, que mi pasado, nuestro pasado, había desaparecido por completo. Quizá ya era hora de hablarle de los pequeños instantes que afloraban en mi mente, de Off, del diario. De todo.

- A veces recuerdo cosas - dije decidido. Él me miró sorprendido. - Creo que estoy empezando a recuperar algunos recuerdos.

Separó las manos.

- ¿En serio? ¿Qué cosas?

- Depende del día, a veces nada importante, solo sensaciones, emociones. A veces parecen sueños, pero son demasiado reales como para que los haya inventado - me miró y no dijo nada. - Seguro que son recuerdos Nawat.

Esperé, confiando en que hiciera más preguntas, que deseara saber todo lo que había visto y por qué pensaba que eran recuerdos.

Pero no dijo nada. Me miraba con tristeza. Pensé en los recuerdos que había escrito, en la visión de él desnudo en nuestra primera casa.

- Tuve una visión donde salias tú - dije. - Más joven...

- ¿Qué estaba haciendo? - su voz sonaba tensa.

- Poca cosa, estabas en la cocina besándome.

Su tensión desapareció, esbozó una sonrisa.

- Si soy capaz de tener un recuerdo, puede que sea capaz de tener muchos otros.

Dejó su libro en la mesita junto a mi vaso y me cogió la mano.

- El problema es que mañana los habrás olvidado. Careces de una base sobre la que construir, Gun.

Suspiré, lo que decía era cierto. Pero para eso estaba mi diario, para tener una base, aunque tampoco puedo pasarme toda la vida anotando lo que me pasa y leerlo cada día.

Off me daba esperanzas y mi prometido me las quitaba, parecía que no quisiese mi mejoría.

- ¿Tú quieres que me cure? - le pregunté.

Nø cønfíes en nađie. [OffGun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora