06. 29 de Abril

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El escritor escribe su libro para explicarse 

a sí mismo lo que no se puede explicar.

Gabriel García Márquez

(Escritor colombiano 1927-2014)

EL DIARIO DE GUN ATTHAPHAN POONSAWAS

Lunes, 29 de abril

Me llamo Gun Atthaphan Poonsawas. Tengo veinticinco años. Soy amnésico. Estoy sentado en esta cama que no reconozco, escribiendo mi historia, vestido con unos slips azul oscuro y una camiseta con un conejito en el centro que el hombre de abajo, que dice ser mi prometido y llamarse Nawat, me compró por mi veinticuatro cumpleaños.

En la habitación hay silencio y está iluminada únicamente por el suave resplandor blanquecino de la lámpara que descansa sobre la mesita de noche. Tengo la sensación de estar flotando, de estar suspendido en un círculo de luz.

He cerrado la puerta del dormitorio. Estoy escribiendo esto en privado. En secreto. Puedo oír a mi prometido en el salón, el crujido del sofá cuando se inclina hacia adelante o se levanta, pero si sube esconderé el cuaderno. Lo guardaré debajo de la cama o de la almohada. No quiero que vea que estoy escribiendo en él. No quiero verme obligado a decirle de dónde lo he sacado.

Miro el reloj de mi móvil. Son casi las once; tengo que escribir deprisa. Imagino que pronto oiré apagarse la televisión, pasos sobre el salón cuando Nawat salga de allí, el toque a un interruptor. ¿Entrará en la cocina para hacerse un sándwich o servirse un vaso de agua o vendrá directamente a la cama? No lo sé. No conozco sus rituales. Tampoco los míos.

Porque no tengo memoria. Borro todo lo que he hecho en un día mientras duermo. E igual que hoy me despertaré mañana, pensando que tengo diecisiete años. Pensando que aún tengo por delante la universidad y muchas opciones.

Y descubriré una vez más que estoy equivocado. Que mis elecciones ya han sido hechas. Que parte de mi vida ha quedado atrás.

***

Esta tarde hablé con un médico. Dijo que se llamaba Off, que había sido amigo mío, que le conocía desde secundaria. Me llamó esta mañana, vino a buscarme en coche y me llevó hasta su consulta. Era guapo, mejor dicho, era bastante guapo. Se le veía muy joven para ser médico.

Me preguntó si me acordaba de él y le dije que era la primera vez que lo veía; sonrió, una sonrisa triste parecía, y abrió la tapa del ordenador que descansaba sobre su mesa.

Me puso una película. Un vídeo de él y de mí sentados con otra ropa en las mismas sillas y en el mismo despacho. En el vídeo me pasaba un lápiz y me pedía que dibujara formas en un folio, pero mirando por un espejo para que todo apareciera al revés.

No me resultaba fácil, pero al mirar ahora el vídeo solo podía ver el centelleo de mi anillo de compromiso. Cuando terminé de dibujar, Off parecía satisfecho. <<Cada vez vas más deprisa>>, me decía en el vídeo, y añadía que en algún lugar muy, muy profundo de mi mente debía de estar recordando los efectos de mis semanas de entrenamiento, aunque no recordase el entrenamiento en sí.

<<Eso significa que tu memoria a largo plazo está funcionando en cierta manera>>, me decía. Yo sonreía, pero no parecía muy animado. La película terminaba ahí.

El doctor Off, mi amigo, cerró el ordenador. Dijo que llevábamos varios meses viéndonos, que sufro un severo trastorno de algo denominado memoria episódica. Me explicó que eso significa que no puedo recordar sucesos o detalles autobiográficos, y que normalmente se debe a algún tipo de problema neurológico.

Nø cønfíes en nađie. [OffGun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora