03. ¿Mi médico?

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HOY

Más tarde, a media mañana, me siento en el sillón. Los platos están fregados y cuidadosamente apilados en el escurridor, la colada en la lavadora. He estado manteniéndome ocupado. Pero, ahora, me noto vacío. Lo que Nawat dijo es cierto, no tengo memoria. Ninguna. Apenas hay una sola cosa en esta casa que recuerde. Ni siquiera las fotos. Tampoco puedo recordar un solo momento con Nawat, exceptuando los que hemos vivido esta mañana. Tengo la mente completamente vacía.

Cierro los ojos y trato de concentrarme en algo. En lo que sea. Ayer. El último festival Songkran. Cualquier Songkran. Mi pedida. No encuentro nada.

Me levanto y recorro la casa, habitación por habitación. Despacio. Deslizándome como un espectro, dejando que mi mano roce las paredes, las mesas, los muebles, pero sin llegar a tocarlos. Contemplo las moquetas, las alfombras, los libros, los cuadros. Intento convencerme de que todo esto es mío. Todo. Mi casa, mi prometido, mi vida. 

Pero en realidad no me pertenecen, no forman parte de mí. Abro el ropero del dormitorio y veo una hilera de ropa cuidadosamente colgada que no reconozco. Es ropa de alguien que no conozco, las versiones de mi "yo" que no recuerdo, un "yo" por cuya casa estoy deambulando, cuyo jabón y champú he utilizado. Esta mañana elegí mi ropa interior con sentimiento de culpa, como si hurgase entre el barullo de boxers y slips de otro, como si temiera ser descubierto. Y tras estar unos segundos indeciso, escogí unos boxers celestes y, después, unos calcetines finos, un pantalón vaquero y una sudadera blanca.

Ahora estoy en la cocina, abriendo alacenas y viendo lo que hay en ellas: bolsas de pasta, paquetes de arroz, latas de frijoles, galletas, café. Comida que no reconozco. Busco algo para comer, sé que hay salmón en la nevera, pero por alguna razón no quiero comer pescado. Me decido entonces por unas tostadas con queso y unos sándwiches de carne.

Después de comer, contemplo la pizarra blanca que Nawat me ha mostrado antes de irse. Tiene un color gris sucio. Multitud de palabras han sido anotadas en ella, y borradas, corregidas, dejando cada una su huella. Me pregunto qué encontraría si pudiera ir hacia atrás y descifrar cada capa, si me fuera posible hurgar en mi pasado de esa forma. Pero caigo en la cuenta de que no serviría de nada aunque fuera posible.

Estoy seguro de que solo encontraría mensajes y listas de cosas que comprar y tareas que realizar.

¿A esto se reduce realmente mi vida? ¿Esto es cuanto soy? Cojo el rotulador y escribo otra nota en la pizarra: <<Preparar la bolsa para esta noche>>. Un pobre recordatorio, pero por lo menos lo he escrito yo. 

Oigo algo. Una melodía que viene de la habitación. Seguramente sea mi móvil. Voy hacia la habitación y llego a tiempo de aceptar la llamada.

- ¿Sí? - pregunto.

La voz que responde no es la de Nawat.

- ¿Gun? - dice. - ¿Gun Atthaphan?

No quiero responder. Siento que el poco suelo firme que había conseguido reunir desaparece de nuevo y es sustituido por arenas movedizas.

- ¿Estás ahí, Gun?

¿Quién puede ser? ¿Quién sabe dónde estoy, quién soy? Caigo en la cuenta de que podría ser cualquiera, El pánico se adueña de mí. Mi dedo titubea sobre la parte de la pantalla que pondría fin a la llamada.

- ¿Gun? Soy yo, el doctor Off. Responde, por favor.

- ¿Con quién hablo?

La voz adopta otro tono, parece de alivio.

- Soy el doctor Off - dice. - Tu médico.

Otra oleada de pánico.

- ¿Mi médico? - digo. <<No estoy enfermo>>, quiero decirle, pero hasta eso ignoro. Noto que la cabeza me empieza a dar vueltas.

Nø cønfíes en nađie. [OffGun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora