02. Conociéndome, conociéndonos

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A mitad de camino

entre ninguna parte

y el olvido.

Million Dolar Baby.

 (Película).

HOY

Dice que va a enseñarme la casa. Estoy algo más tranquilo. Me he puesto los calzoncillos y las bermudas blancas que me ha dado. Salimos al rellano.

- El cuarto de baño ya lo conoces - dice, abriendo la puerta contigua. - Este es el estudio.

Veo una mesa de cristal con un ordenador portátil situado en el centro. Junto a la mesa hay un archivador de color gris plomo y, encima, una agenda de pared. Está todo muy ordenado.

- A veces trabajo ahí, tú también lo haces, dibujas, ya te lo explicaré - dice, cerrando la puerta. Cruzamos el rellano y abre otra puerta. Una cama, un escritorio, otro ropero. Es casi idéntica a la habitación donde me he despertado. - De vez en cuando, cuando te apetece, duermes aquí, pero por lo general no te gusta despertarte solo. Cuando te das cuenta de que no sabes dónde estás, te entra el pánico. 

Asiento con la cabeza. Me siento como un posible inquilino al que están enseñando una casa. Un compañero de piso potencial. 

- Bajemos.

Le sigo hasta la planta baja. Me muestra una sala de estar, un sofá color teja con cojines azul marino y amarillo, un gran televisor de 42 pulgadas, un comedor y una cocina. Ni una sola de las estancias me resulta familiar. No siento nada, ni siquiera cuando veo, sobre un aparador, una fotografía enmarcada de nosotros dos.

- En la parte de atrás hay un jardín - me dice, y miro por la puerta de cristal de la cocina. Está empezando a clarear, el negro cielo se está tiñendo de azul y puedo adivinar la silueta de un árbol gigante y de un cobertizo situado al fondo del pequeño jardín, pero eso es todo. Caigo en la cuenta de que ni siquiera sé en qué parte del mundo estamos.

- ¿Dónde estamos? - le pregunto.

Se detiene detrás de mí. Puedo ver nuestro reflejo en el cristal. Yo. Mi prometido. Ambos de veinticinco años.

- En la capital de Tailandia - contesta - en el sur de Bangkok. 

Retrocedo. El pánico sube por mi estómago. Yo antes vivía en Phuket. 

- Ni siquiera sé dónde vivo...

Me coge de la mano.

- Tranquilo, estarás bien. - Me vuelvo hacia él para mirarle, para esperar que me diga cómo, cómo voy a apañármelas para estar bien, pero no lo hace. - ¿Quieres que te prepare tu café? 

Por un momento el rencor me invade, ¿cómo puede preguntarme si quiero café en un momento así?, pero finalmente acepto.

- Sí, por favor. - Llena de agua el hervidor. - Con mucha leche, por favor. Y algo de chocolate, sin azúcar.

- Lo sé - dice con una sonrisa. - ¿Quieres tostadas?

Digo que sí. Debe de saber muchas cosas sobre mí, pero esto parece la mañana siguiente a un polvo de una noche. Estoy desayunando con un desconocido, en su casa, mientras calculo cuándo será aceptable emprender la huida, regresar a casa. Pero ahí el problema, que esta supuestamente es mi casa. 

- Tengo que sentarme - le digo.

Me mira y por un momento parece que me resulta familiar, pero no, quizás sea por sus facciones.

Nø cønfíes en nađie. [OffGun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora