Me siento como un barco en altamar que pasa los días en una intensa monotonía. No es lo duro del trabajo lo que me aqueja sino lo difícil de no poder hacer la vida mas llevadera. Si tan solo pudiera comunicarme.
«¡Bah!, si pudiera comunicarme de seguro a no estaría aquí».
Al menos esta tarde, durante la faena de arreglar a los caballos Vigdis ha notado algún problema con las herraduras. Me las ha dado a ver pero no he observado nada especial. Tal vez porque nunca tuve unas en mis manos antes. Luego ha ido a la casa larga y he visto que las ha sostenido delante de Otkatla entablando con ella una conversación que parecía un tanto una pequeña discusión. Luego se ha dado la vuelta triunfante y todas han comenzado a arremolinarse buscando en la casa diversos productos y acomodándolos meticulosamente sobre una piel ancha tendida al suelo.
He visto las yerbas secas de Otkatla, diferentes y amplios tejidos de los cuales he presenciado su elaboración. Tres sacos llenos de granos, lana cruda y carne salada. Hay algarabía entre Vigdis y Asdis. Muestran una emoción extraña que noto por las constantes sonrisas y guiños de ojos entre ambas. No estoy segura de que sucede pero no tardaré en averiguarlo.
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La Burla de los Dioses (BORRADOR)
Historical FictionAnalíz, una morena de pelo largo y ensortijado, vive en una de las favelas mas peligrosas de Rio de Janeiro. Cada día reniega de su mala suerte al tener que vivir tanta dificultad en el lugar donde le tocó nacer. Un evento paranormal la transportar...