ASDIS

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Mi hermana Vigdis ha estado sumida en una seriedad y en un silencio absoluto desde que se ha enterado del casamiento de Einarr con Astrid. No es para menos y la compadezco. Realmente no sé que haría yo si mi buen Ragnar me sorprendiera tal vilmente con algo parecido.

Por otro lado, Madre ha estado muy preocupada, pues en la aldea ya se murmura acerca de nuestra huésped, y por lo visto no se dicen cosas muy favorables de nuestra casa. Mi primo Gunnar ha venido recientemente exigiéndole a Madre que debe dejar a la doncella marcharse y Madre le ha gritado todo una cantidad de agrios insultos inmerecidos.

Si es cierto que Gunnar es tosco, de carácter severo y hostil, pero ha sido a causa de todo lo que ha vivido. Su madre murió en pleno parto, aún antes de dejarle a él ver la luz del día; y luego de esta desgracia, él sobrevivió, pero con el infortunio de tener como único protector el puño de un padre violento y maltratador que lo culpaba y aterrorizaba con sus insultos, golpes y crueles burlas.

Según Madre, el desprecio de los niños de su edad no tardó en unirse. Al parecer era un crio esquelético y mal nutrido producto del descuido de su progenitor. Sus ropas eran siempre harapientas y Madre y Padre eran los únicos en prestarle algo de atención cuando podían. Así creció; rechazado y ridiculizado, sólo y abatido, hasta que llegó la edad de unirse al ejército y allí encontró el escenario perfecto para descargar todo el mal de su corazón.

Al igual que otros, se entrenó en las artes de la batalla y se unió al pillaje y a la guerra, al viaje y a la ausencia que le brindaba el mar y la conquista de nuevas y lejanas tierras.

Ahora nadie sabe qué será de él. Está sólo al otro lado de la colina, atendiendo por sí mismo sus huertos de cebada, avena y centeno al igual que a sus cabras, ovejas, cerdos, pollos y hermosos caballos. Sale en expediciones comerciales de las cuales nadie conoce el rumbo, y regresa tan silencioso como se marchó.

Tanto a Gunnar como a Madre no les gusta mezclarse con la gente de la aldea, y él sólo atiende su taller de herrería de cuando en vez y en los días de Feria o del Althing.

Pero en el fondo algo bueno ha de tener. El no conoce de cortesías pero tiene un corazón bondadoso. Eso sí, primero muerde. Le he visto donar las vedijas que dejan las ovejas al pasar por los arbustos de las lomas para que las mujeres de la aldea las hilen y las tejan y luego hagan paños que cubran a sus pequeños del frio. Además, ha sido él quien me ha hablado de las estrellas y sus significados y quién me ha ilustrado sobre los frutos jugosos y dulces que existen en otras regiones, trayendo consigo una vez, una naranja madura y goteante que había viajado con él desde muy lejos solo para encallar en mis manos.

Por otro lado, al igual que Madre, desafía sin vergüenza las costumbres de nuestra época. A Gunnar no le interesa buscar esposa ni tampoco lo que el pueblo opine de él. Esto es realmente una pena, porque Gunnar es tan arisco y arrogante como diestro y bien parecido, y yo, creo sinceramente que a no ser de existir Ragnar, mi corazón le pertenecería solo a él.

LEYENDA DE PALABRAS EXTRANJERAS

Althing: Asamblea pública estacional de los vikingos.

La Burla de los Dioses (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora