Ayer he recibido las noticias más dolorosas después de la muerte de mi padre. Einarr va a desposarse con Astrid, la afortunada hija de Gorm.
«¿Como ha sido esto posible?», «¿por qué y en qué momento se ha concretado este acuerdo?». No dejo de preguntarme.
Einarr me había prometido venir a por mi mano en tan solo unas cuantas lunas, y ahora pasa esto. Ha tomado toda mi felicidad y la arrojado a los cerdos.
No he podido respirar con la tristeza y el dolor que ahora residen en mi corazón. Por eso hoy, al alba. He tomado el caballo con sus herraduras nuevas y he ido a todo galope al pueblo, a conseguir una explicación por parte de Einarr. Triste es que no le he encontrado por ninguna parte. Ni siquiera en el puerto. El muy cobarde ha escondido su cara, pues es obvio que no puede con la culpa. Tantas veces que me habló de amor y de la familia numerosa que pensábamos concebir. ¡Amor, amor!. En estos tiempos estos hombres no saben nada de esa palabra.
Con la cabeza embotada como la tenía, fui directo a la casa de sus primas que son mis fieles amigas para saber más detalles. Allí encontré a Inngunn y Hallbjorg. Estaban tan apenadas con mi dolor que sus lágrimas acompañaban las miás corriendo por mi rostro desesperanzado.
Al cabo de un rato, cuando ya nos habíamos calmado y los ojos estaban encogidos de tanto llorar, las dos hermanas me lo han explicado con mas claridad.
— Vigdis, ha sido todo un alboroto –dijo Inngunn. — Astrid lleva el hijo de Einarr en su vientre.
Mis lágrimas volvieron al ruedo y me levanté ahora furiosa.
—¿¡Preñada dices!?. ¡Astrid esta en cinta!. ¡En cinta!. Astrid la pura y casta está a la espera de un hijo de Einarr. ¿Y desde cuando se encuentran ese par?. ¿Y cómo es que yo no supe de esto?, ¿Por qué no me lo había dicho nadie?.
—Vigdis, no nos tomes por traicioneras. ¡Nosotras tampoco lo sabíamos!. Ha debido ser un par de encuentros solamente –musitó Inngunn.
— Es cierto Vigdis –dijo conciliadora Hallborg. — Nuestro primo sólo nos explicó un día, que hay urgencias en los hombres que es como tener mal de estómago. Cuando llega esa necesidad, es preciso meter su apéndice en algún agujero, y si tú tanto te negabas, Einarr fue a posarla donde se lo permitieron.
— ¡No seas estúpida Hallborg!. Y no lo justifiques delante de mí. Jamás creería una historia semejante. Lo hizo por que es igual a todos los hombres y se cree con derecho a todo. Ahora entiendo por qué Madre nos protege tanto. Yo no podría vivir con un egoísta de este tipo. No podría jamás. Y ahora, pensándolo bien, me alegro de lo que le sucede y de su matrimonio arreglado. Pretendía ser moderno y de mente novedosa al casarse conmigo por amor, pero el juego le salió mal y terminará casándose bajo un arreglo como todos los demás. ¡Denle mis felicitaciones!. –Concluyo rotunda.
Inngunn me mira con ojos entristecidos y luego comienza a hablar.
— Vigdis, bien sabes que los hijos ilegítimos son responsabilidad de la familia de la madre y, por lo tanto, una carga para ella. Incluso si el padre reconoce a su hijo, puesto que él y su familia solo están obligados a proporcionar dos tercios de su apoyo. Peor aún, la madre pierde toda esperanza de casarse, ya que pocos son los candidatos que querrían asumir la responsabilidad y los gastos del hijo de otro hombre. Es así que la familia de Astrid perdería más, ya que no ganaría el precio de la novia ni la alianza familiar. Ponte en su lugar.
— Si, Vigdis. Inngunn tiene razón. Esto de seguro ha sido también un mal momento para todos ellos. No tienen escapatoria.
— Cada cuál obtiene lo que se merece –respondí sin compasión. En estos pueblos todas las doncellas sabemos que la castidad es la respuesta más segura para un matrimonio de bien. Aquella que osa a abrir las piernas antes de tiempo, obtiene su merecido.
Después de esto me levanté y caminé hacia la puerta, despidiéndome ya sin llorar más. Luego, en lo que me ha parecido cuestión de pocos minutos, he atravesado la aldea y subido por la colina a trote veloz. He llegado a casa sintiéndome vacía, pero extrañamente limpia. No volveré a pensar jamás en Einarr y si mis ojos han de verlo ya estarán entrenados para no reconocerlo.
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La Burla de los Dioses (BORRADOR)
Historical FictionAnalíz, una morena de pelo largo y ensortijado, vive en una de las favelas mas peligrosas de Rio de Janeiro. Cada día reniega de su mala suerte al tener que vivir tanta dificultad en el lugar donde le tocó nacer. Un evento paranormal la transportar...