ASDIS

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Hoy es un día maravilloso, día de Freya. Ya hemos dispuesto todo lo necesario para la celebración, incluyendo sacrificios y ofrendas a los dioses. También el bueno de Birger se ha afanado en traer de tierras lejanas, todo lo esencial –y pienso que aún más –, digno de un buen banquete de bodas en épocas de bonanza.

Mi querida hermana Vigdis está que no cabe de contento al verse ataviada con ropas de finas telas, una capa roja de gruesa lana teñida y un manto blanco que le cubrirá el rostro hasta desposarse con el que hoy será su marido.

Madre y yo nos afanamos en los últimos detalles y se me hincha el corazón al verla compartir con la madre, las hermanas y miembros femeninos de la familia de Birger. Ya no queda sombra de esa rabia irracional que albergaba su dolido corazón hacia las gentes de la aldea después del saqueo a nuestra hacienda; y aunque hemos tenido que ceder buena parte de las pocas riquezas que nos quedaban, Madre se ve feliz y complacida con esta unión; y así espero también que tenga a bien mostrarse cuando llegue mi buena hora con mi Ragnar.

Todo el día de ayer, Biger y Vigdis han partido separadamente para realizar los rituales concernientes a su unión. Por un lado y acompañado de los miembros masculinos de su familia, el novio ha tenido que hacer una excursión hasta la tumba de uno de sus antepasados y recuperar una espada que ha sido escondida para él. Esto, es solo un acto simbólico que representa la muerte del niño que hay en él y la entrada a la vida como hombre. Nada nuevo a mi parecer, puesto que el Birger ya está bien entradito en años y de niño no tiene nada, pero aún así un acto digno de algarabía y fiesta para sus primos y hermanos. Luego le han llevado a un baño termal y ahí de seguro han rematado la fiesta de purificación.

Por su parte, mi hermana Vigdis ha estado ausente en compañía de las hermanas de Birger que ya han sido desposadas, puesto que a las doncellas no se nos permite tomar parte de este ritual. Así es que la han llevado a un baño de vapores donde la han enjuagado y la han hecho sudar para despojarse de su soltería, y para iniciarla en el arte secreto de los deberes conyugales.

Esta mañana se ha presentado fresca ante Madre, Torfa y yo; y todas le hemos abrazado y besado en la frente. Vigdis, ha regresado con un aire distinto, como si en realidad algo hubiera cambiado en ella. Se le ve radiante y llena de emoción y comparto con ella su alegría; pero un soplo de añoranza se apodera de mi corazón al saber que ya no estará conmigo a diario. Camino meditabunda, saliendo de la estancia en silencio, y así escondida en el establo he llorado amargamente.

Disimulando mi malestar vuelvo al salón y sonrío; y luego, con todo mi amor le he ayudado junto con las tantas otras mujeres a vestir sus ropas para la ceremonia. Se ve hermosa, su pelo limpio, brillante y bonitamente trenzado con adornos de plata y oro, junto a sus mejillas tersas y sonrosadas. Esta pura como el agua del rio en primavera. ¡Que Freya y Friga siempre iluminen sus pasos y colmen su hogar de dicha y vida!

Han venido muchas personas de la aldea; amigos y familiares de Birger, de los cuales algunos Madre pueda considerar como indeseados, pero todo a transcurrido en sana paz. También está Ragnar acompañado de su padre, ambos con alegre disposición y su mejor vestido. Han venido Knud, su mujer y sus hijos incluyendo el bebé arrancado de los brazos de la muerte; y por supuesto nuestra hermana Engla y nuestro primo Gunnar, quien se ha rebajado aun mas la barba y deja ver un hoyuelo cuando sonríe en su mejilla y que también ha cortado su melena para la fiesta, rapando el pelo de los lados y dejando solo una franja larga en la parte superior, con mechones que caen atractivamente hacia atrás. Tiene un aspecto peligroso y a la vez bonachón y me complace verlos a ambos sentados en sus bancos muy juntos atendiendo a la ceremonia.

Todo transcurre a la perfección. El clima aunque aún frio, no está helado. Los rayos del sol nos calientan y dejan ver un prado que empieza a enverdecer. Somos afortunados, pues los matrimonios en esta época son escasos y sin embargo, aquí estamos todos, sonrientes. En verdad, veo que cada invitado parece disfrutarlo. No hay cuchicheos ni malos presagios, sino algarabía y deseos de buena fortuna. Esta fiesta durará varios días, el banquete estará disponible hasta que acabe la celebración y esta noche, los novios podrán disfrutar al fin de su unión, aunque no sin antes compadecer ante los testigos que evidenciarán la castidad de mi hermana, acompañándoles a sus aposentos hasta que todo esté hecho, o mejor dicho...desecho.

Desde mi banca de honor veo a Birger que porta la espada rescatada con una gran sonrisa, y de quien prende un collar en forma de martillo. Con una delicadeza extraña le veo levantar el velo de paño blanco de Vigdis para besarle cándidamente la frente. Mi hermana tiene una expresión de éxtasis total y los invitados gritan bendiciones y lanzan deseos de fertilidad y creciente fortuna. Todos nos acercamos a felicitarles y luego de los concernientes actos públicos y demostraciones de afecto nos dirigimos al salón principal de la casa de Birger para iniciar el festín.

Desde hoy, mi hermana deberá cubrirse el cabello con un paño blanco para indicar su estado conyugal, además podrá usar prendas a la moda y ostentará de su nueva riqueza llevando las llaves de plata de su hogar. ¡Ah! No puedo esperar a ver los maravillosos regalos de boda, que pronto y por la bondad de Friga también yo he de recibir.

Vigdis ha caído bajo una buena estrella, pues la familia de su recién adquirido marido no carece de fortuna y son muchos los siervos que se aprestan a llenar los gruesos cuernos de un buen y espeso hidromiel. Los bancos están finamente adornados con lazos de los que sobresalen espigas verdes de pino y los mesones cuentan con las mas ricas y grasientas carnes; al igual que innumerables fuentes con los manjares más suculentos que se puedan imaginar. Nunca había yo podido llenarme con tan exquisitas comidas y rodearme de tantas mujeres y doncellas libres de esta sociedad.

Nuestro atuendo, incluyendo a Torfa y a Madre, hoy también es especial. Llevo un vestido esplendoroso, nuevo y colorido que entre las tres hemos confeccionado con telas del extranjero. Desde mi lugar observo cautelosa a Ragnar, quien también me mira deseoso de llegar a mi encuentro. Es sin duda alguna un día sin igual.

LEYENDA DE PALABRAS EXTRANJERAS:

día de Freya: Día Viernes, exigido para las bodas

La Burla de los Dioses (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora