Capítulo 41

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El vuelo fue a eso del mediodía y María dejó todo listo en la empresa. López se encargó de llevar a Rosaura, aquella chica tenía un arte del convencimiento a través de golpes.

Rosaura estaba con la cara intacta pues López la golpeó en partes no visibles, para que no hubiera nada sospechoso en su viaje. La chica estaba pensando en escaparse, pero ella no se le despegaba ni un segundo.

Maria prefirió sentarse con Hawkings a estar junto a su amiga de años, la estaba evitando, esperaba hablar con ella al llegar a la India, quería irse en paz con todos. Mantuvo una postura rígida durante todo el viaje, mirando hacia la ventana, ensimismada.

Cuando bajaron y escucharon toda esa música, en el aeropuerto, los bailes y las batas largas que portaban los hindúes, sintió un poco de nostalgia. Se puso a pensar cómo sería Agar en un futuro, si ella no hubiera hecho lo que hizo.  

Tenían que ir al lugar donde todo comenzó y ese no podía ser otro que donde estuvo el castillo, donde ella vivió con Felipe. Se guió por la aplicación de Google Maps y un mapa antiguo y supo que se trataba de un lugar desolado, a las afueras de la capital de la India.

Fue un largo camino en carretera, con música que había puesto López, un cantante que desconocía. ¿Estaba lista para partir?, muchos más que nunca, pero la muerte siempre lucía ligeramente aterradora. Todos estos años siendo reina de las brujas, había realizado tantos sacrificios humanos, mientras veía el dolor y las ganas de aferrarse a la vida, pero algo más fuerte que ello era la fe y el servicio. Ella durante años, a pesar de rendirle culto a los dioses y a los ancestros, era incrédula. Solo creía en ella misma y desconocía el significado del sacrificio, desde que se casó con Felipe, su corazón se volvió duro como piedra . Todos se sacrificaron alguna vez por ella, hasta con su vida, siempre estaban a su servicio, pero ella nunca hizo ningún sacrificio por nadie y era hora de hacerlo.

Bajaron de la camioneta en medio de la nada, con temperaturas demasiado altas, llevando batas largas de colores. Marella se acercó a su amiga de toda la vida.

— Lo que me dijiste ayer tenias toda la razón, toda mi vida he tenido caprichos que he confundido con el amor y no quiero que una amistad tan fuerte como esta se pierda por una equivocación de mi parte.

— Me alegra que lo hayas comprendido.

Caminaron por unas horas hasta que María dijo que se detuvieran, gracias a su magia podía saber que se trataba de este el lugar exacto donde había estado su castillo. Levantó un poco de arena con las manos y dejó caer una lágrima. Recordó a Felipe portando su caballo con un par de guantes de seda y botas de cuero. Pensó en su hijo, al que perdió por su soberbia. También recordó a Benjamín, el que al principio odio con todo su ser.

— Formen un círculo y agárrense de las manos, yo trazaré un círculo con azúcar escarlata.

Maria se metió en el centro luego de haber trazado el círculo, hizo aparecer en su mano una antorcha encendida. Siendo reina, había adquirido el poder de aparecer cosas de manera rápida.

Ella tomó a la pelirroja y la llevó al centro del círculo, dijo unas palabras en latín y pasó cerca de ella la llama pero jamás la tocó, luego le cedió la antorcha a Marella.

— Por medio de esta llama cedo las malas energías que te puse, repítelo — apretó su cuello.

— Por medio de esta llama cedo las malas energías, a las 3 rosas, retiro todo el mal que he hecho y por medio de la tierra que todo mal desaparezca para siempre. Por medio de mi sacrificio y de otros dos más.

Maria cortó su cuello, dejando caer la sangre a la tierra como símbolo de purificación. Recitando un conjuro demasiado fuerte que la hacía debilitarse tanto hasta caer de rodillas con el cuerpo de Rosaura. 

— Dame tu collar y acércate Marella — le dijo apenas pudiendo mantener el aire.

Las otras chicas seguian agarradas de la mano. Marella se acercó junto a ella y le dio el collar, el cual colgó ella en el cuello de la mujer muerta.

— Cuando finalice el conjuro, deben encargarse enterrar nuestros cuerpos en este lugar en la misma fosa. Marella arrodíllate y ustedes repitan conmigo. Me sacrifico, renunciando a mi vida o dejando mi eternidad para recuperar el equilibrio de la tierra y para vivir una vida mortal

Las chicas repitieron al unísono, mientras ella cortaba la garganta de su mejor amiga con lágrimas en los ojos. A pesar de que era lo que tenía que hacer y era lo que Marella deseaba, le dolía quitarle la vida a su mejor amiga-

— Ahora necesito que alguna de ustedes lo haga por mí— extendió la daga ensangrentada.

Las chicas negaron con la cabeza completamente aterrorizadas, con los ojos llenos de lágrimas. No eran capaces de asesinar a un ser humano.

— Lo haré yo misma entonces.

Maria cortó ella misma su cuello, sosteniendo las manos de ambas mujeres sin parar de recitar el conjuro hasta su último respiro. Estaban en medio de un círculo de llama producido por la antorcha que había dejado caer Marella al morir. 

López fue por agua a la camioneta para apagar el fuego, al igual que un par de palas. Hawkings se quedó mirando los tres cuerpos, sabiendo que todo había acabado pero no podía dejar de sentir lástima por ellas.

Se encargaron de enterrarlas en la misma fosa y de colocarle unas flores, para darle su debida sepultura, esperaban que en la otra vida, ellas fueran felices.

— ¿Este es el fin de todo?— le dijo Hawkings a la chica que la acompañó en todo este proceso difícil.

— Esta vez sí.

Se abrazaron juntas, mientras veían la tumba de las 3 mujeres que le dieron su libertad y estarán eternamente agradecidas.

La asistente de Maria, recibió un email, de parte de su jefa, había sido enviado hace unas horas y se trataba de un largo escrito.

Querida Amelia,

Gracias por tu eterno servicio a mi, si estas leyendo esto quiere decir que estoy muerta y ni trates de averiguar quién lo hizo, yo tomé esta decisión, la vida se me había vuelto una eternidad y no pude soportarlo. Por ello he tomado la decisión de ponerle fin a todo esto, espero que puedas entenderlo.

Por medio esta carta, dejó por escrito que el 80% de mis bienes pasarán a Thiago, quien fue el último que compartió conmigo y demostró amarme de corazon, mi mejor regalo para él es este, se que su madre está muy enferma y esta es mi forma de ayudarlo en el más allá. El resto quedará para ti, por soportar mis gritos y maltrato, fuiste la asistente que estuvo a mi servicio por años con una paciencia inquebrantable.

Sinceramente,

Teresa.

Guerra De ImperiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora