bad boy; trueno.

19

Oriana

—¿Qué?— le dije a Brenda a la vez que abría los ojos de par en par por lo que acababa de escuchar por parte de mis amigos.

—No me digas que vos tampoco estudiaste porque sos nuestra única salvación.— suspiró Daniel cansado, yo negué y todos echaron un quejido. Cuando me contaron que hoy había prueba de Historia, me desesperé al saber que no estudié para una prueba tan importante como esa materia.

—Listo, me llevo Historia, nos llevamos Historia.— corrigió a lo último el pelado, yo me senté en frente de ellos pensando cómo salvarme de esta.— ¿Y si nos pasamos las respuestas?— propuso captando la atención de todos, nunca me había copiado ni macheteado en ninguna materia, hoy podía ser la excepción.

—¿Y cómo vamos a hacer, genio? Si la vieja esa tiene unos anteojos que te ve hasta los pelos del culo y escucha cuántas veces respiras por minuto.— recordó enojado mi mejor amigo mientras fumaba un porro.

—Algo hay que hacer para aprobar, Valentín. ¿O vos te querés bancar a la de Historia en diciembre?— consultó Brenda mirándolo a los ojos.

Vi de reojo la entrada del colegio y me percaté que estaba Mateo entrando por la misma, desde ayer que estaba alterada por absolutamente todo; también me di cuenta que el pendejo es muy bipolar, por decir así. Estaba hablando por teléfono pero traté de concentrarme en la conversación que estaban teniendo los demás, decidí despejarme agarrando mi celular y boludear con este.

—Qué onda.— se unió el morocho a la conversación cortando la llamada, miré de reojo a Brenda y ella al segundo me entendió perfectamente. Estaba desesperada.

—¿Vos estudiaste para Historia?— consultó con ansias el rubio, pero Mateo negó mientras saludaba a los pibes con apretón de manos, haciendo que, otra vez, todos suelten un quejido.— Bueno, nos tenemos que machetear sí o sí, no pienso reprobar otro trimestre de Historia.— advirtió echando un suspiro.

—Yo ni sé qué estamos viendo.— dijo él haciendo que todos rían, yo retuve la mía, no sé por qué. Mateo se acercó a saludar a Brenda con un beso en la mejilla y yo me quedé pensando en cómo iba a hacer para aprobar ese examen, me había olvidado por completo que lo teníamos hoy; pero mis pensamientos se interrumpieron ya que, el morocho, me saludó también con un beso en la comisura de mis labios.

La sangre de Cristo tiene el poder. Amén.

—Podemos usar el grupo, o lo más complicado es que nos hagamos señas y que entendamos al toque.— continuó mi mejor amigo, traté de prestarle atención pero, al ver que Mateo se sentó al lado mío y, acto seguido, rodeó su brazo por mi cintura para acercarme a su cuerpo, mi respiración colapsó por dos segundos, después volvió a funcionar.

—¿Y si nos ven?— hablé esta vez yo, no tengo ni la más mínima experiencia en estas cosas y ellos saben mucho.— Yo algo me acuerdo, ¿ustedes no?— fruncí el ceño, todos me miraron obvios.— Bueno, no sé cómo vamos a hacer, seguro va a estar fácil.— murmuré a lo último, ya me había puesto nerviosa.

—Tenemos la prueba ahora, o nos hacemos machetes, o acordamos para pasarnos las respuestas.— propuso Brenda llevándose la atención de todos.

—Lo que haga la mayoría, yo lo hago.— dijo tranquilo el morocho, lo miré de reojo y él a mí, pero al segundo volví mi vista al frente.