Capítulo 1

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(Empezaré narrando desde donde todo comenzó para t/n, prometo que haré el resumen más resumido :v para llegar a los capítulos shidos)


-________ ¿Cómo carajos es que todavía sigues dormida?

Unas manos frías se posan en mi brazo, por lo que con toda la pereza del mundo me doy vueltas en la cama, incómoda al no poder comprender por qué razón es que han decidido interrumpir mi hermoso sueño.

-Ya despiértate, perderás tu vuelo.- sin pensarlo dos veces, me levanto bruscamente de la cama, logrando golpearme la cabeza con el torso de quien parece ser mi hermana.

-Mierda, creí que eras mamá.- bufo, mientras me otorgo suaves masajes en toda el área de mi frente.

-Veo que te excediste con eso.- observo por el rabillo de mi ojo a Cecilia, quien apunta con su dedo acusador en dirección al pequeño pote de pastillas, el culpable de mi largo sueño.

¡Vida, simplemente yo te odio!

Hola, soy ________ Fidelli, tengo dieciséis años y soy de Texas. Hoy es uno de esos días en los cuales uno se siente súper emocionada, ya que hará algo con lo que tanto ha soñado durante toda su vida. Hoy viajaré hasta Los Ángeles, y visitaré a uno de mis tíos favoritos. 

Él trabaja en una disquera no muy conocida aquí en los Estados Unidos, así que en esta oportunidad asistiré a su trabajo con el fin de impresionar al CEO de la Empresa, ya que mi tío le ha platicado de mí en varias ocasiones. Siendo honesta nunca esperé a que un día él me llamara y me dijera que el mismísimo fundador quería ver el potencial que yo tenía. A decir verdad no soy de familia adinerada, es por esa razón que no he podido firmar con alguna otra disquera, ya que para esto se requiere de una gran cantidad de dinero. Hoy estoy súper agradecida con aquella oportunidad que se me está brindando. No soy muy buena cantando, o al menos eso es lo que pienso yo. 

Mamá me daba clases de canto desde que era pequeña, decía que la música era lo más esencial en la vida de todas las personas. Papá por su lado; decía que eso eran puras tonterías y que la música no te hacía más que tener una vida de la cual todos tengan que hablar. Recuerdo que para mi cumpleaños número seis, mi hermana con tan solo once años, usó todos sus ahorros para comprarme mi primera guitarra. La amé desde que la tuve entre mis brazos, lástima que mi felicidad solo duró unas pocas horas. 

Ese mismo día papá llegó a casa pasado de copas y peleó con mamá, mi hermana al ver que papá no se calmaba, me llevó con ella a su habitación, pero a pesar de ello podía escuchar claramente como papá gritaba a mamá, culpándola de mis propios gustos. Minutos más tarde escuchamos ruidos fuertes provenientes de la primera planta y cuando estos finalmente cesaron, salí corriendo a verificar que mamá estuviera bien. 

Mamá para entonces sólo lloraba y me pedía perdón una y otra vez, y yo sin entender a lo que se refería, solo la abracé. Fue entonces que caí en cuenta de lo que había sucedido.

Papá había roto la guitarra que Cecilia con tanto cariño. me había regalado.

Desde ese entonces no he tenido el valor de volver a cantar o de tocar algún instrumento en lo restante de mi vida. Creí que si tal vez dejaba de lado la música, papá me querría, pero una vez más me equivoqué. Las únicas personas las cuales me han oído cantar muy de vez en cuando, han sido mi hermana, mi tío y mi mamá.

Ellos siempre me halagan, pero yo simplemente no le tomo importancia, ya que a final de cuentas terminé creyendo por mí misma que era un asco para lo que requiere la música.

Papá,  quiero que sepas que no te culpo por la miserable vida que llevo. Solo necesitaba de tu apoyo, necesitaba saber que podías confiar en mí. Siempre me he esforzado en todo para mantenerte feliz y a pesar de ello, no lo he conseguido. porque sé que hasta el sol de hoy no eres feliz.

Para siempre, Mi primer gran amor  (Lisa y tú) (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora