Unexpected Love

14. "Soy tu secreto"

Capítulo 14

"Soy tu secreto"

- ¿Seguro que estamos viendo el nivel de principiantes? -cuestionó Destiny mientras se dejaba caer en la colchoneta-, porque siento que no puedo lograr nada de lo que hemos visto.

-Es que tú con tu negatividad y malas vibras arruinas el aura del lugar -le reclamó Mitchell quien mantenía los ojos cerrados y se veía muy concentrado en lo que hacía-, es jueves de espiritualidad y debemos ser positivos.

- ¿Ahora tenemos un día para la espiritualidad? ¿Quién lo decidió? -Mi amiga siguió lanzando preguntas-. Yo vine engañada a una pijamada, me visualizaba comiendo frituras y mirando Netflix.

-Yo lo decidí y espero que nadie me contradiga en mi propio hogar. -Ante un bufido de mi amiga el moreno abrió sus ojos-. Deja de ser tan molesta y déjate llevar por el yoga.

-El yoga me está llevando pero a un infierno de dolor en los músculos.

-Mitchell aprecio tu buena intención con el yoga, pero me duele todo el cuerpo -intervine en la conversación de mis amigos-. ¿Podemos explorar nuestra espiritualidad de otra forma?

-Ustedes son unas lloronas, les hace falta actividad física. Sí existen otras formas pero creo que lo dejaremos para la próxima semana.

-Si el próximo jueves llego y veo tutoriales de yoga en YouTube, juro que saldré corriendo de este departamento -exclamó Destiny.

-Buscaré algo de meditación en línea, lo más importante es que sea gratis. -Se rindió Mitchell-. Ahora tomen una ducha porque están apestando.

-Tú también estás sudando idiota -le dije riendo.

Cuando me levanté sentí mis músculos tensarse, en mi caso Mitchell no se había equivocado al decir que no estaba atléticamente lista para una complicada sesión de yoga. Yo fui la primera en tomar una ducha, el privilegio fue dado para que al salir fuera la que tomara el mando de la preparación de la cena.

A menudo mis amigos se aprovechaban de mis habilidades culinarias, pero aunque fingiera que me molestaba un poco en realidad no lo hacía. Cocinar era algo que disfrutaba, más si no tenía a nadie que me estuviera cuestionando lo que hacía a cada momento.

Según lo que mi amigo nos había comentado estaría viviendo solo en el departamento que inicialmente compartía con su hermana. Al haber dado a luz se había ido a quedar un tiempo con el padre de su bebé, no mantenían una relación pero al menos acordaron permanecer juntos en los primeros momentos de su hija.

Aunque mi amor por la cocina era algo que no se podía negar, estaba demasiado hambrienta para preocuparme en hacer algún platillo tan elaborado. Hice quesadillas suficientes para que los tres quedáramos llenos, pero cuando estaba terminando de acomodarlas en el plato Destiny llegó y se recostó del mesón.

-Luke puede llevarse un Oscar por las actuaciones dramáticas que hace -se quejó.

- ¿Qué pasó ahora? -pregunté colocando tres vasos para servir el jugo que acababa de sacas del refrigerador.

- ¿Recuerdas todo el número que se lanzó odiando a Samuel? -Asentí ante su pregunta-. Te cuento que hoy estaba en los Hamptons, por eso no asistió hoy al servicio comunitario.

-Él me comentó que iba a ir con unos amigos para allá, no veo que tenga eso de novedoso.

-Es que eso no es lo importante -prosiguió-. El rubio estaba nada más y nada menos que con Samuel.