Unexpected Love

12. "Los Wright"

Capítulo 12

"Los Wright"

Samuel

Estar reunido con mi familia no era de mis cosas favoritas, no era porque no los quisiera o algo parecido, solo que no estaba acostumbrado a tener ese tipo de contacto con todos al mismo tiempo.

Quería a mi padre quien a pesar de ser un hombre inteligente era despistado para otras cosas, su buen corazón lo hacía cometer errores y eso me frustraba. Me frustraba porque muchas veces me veía reflejado en él, y no quería que se aprovecharan de mí como lo hacían con él.

Quería a Nathan mi hermano mayor, era bastante serio y malhumorado con la mayoría de las personas, pero siempre tenía sus mejores sonrisas conmigo. Siempre fue una persona centrada, decidida y siempre me quiso sin importar las circunstancias.

Incluso quería a mi malcriada hermana de diecisiete años, Lindsay me sacaba de quicio la mayoría del tiempo; pero igual no había ni una pizca de odio hacia ella de mi parte. A veces teníamos buenos momentos, un par de momento al año.

La última en mi familia era Lana, de ella si no guardaba sentimientos exactamente positivos. Ni siquiera podía fingir que me agradaba la esposa de mi padre, al menos tenía el consuelo de que Nate tampoco lo hacía. Ella era la razón de que su hija fuera tan odiosa con nosotros, y es que al estar casada con papá por casi veinte años se sentía dueña de su vida.

Allí estábamos en la mesa de un restaurante muy costoso atendiendo al llamado de papá, tratando de parecer una familia feliz ante los amigos de negocios del señor que nos dio la vida y que era el único que nos unía.

Nate era el hijo primogénito de Harvey Wright y de Elizabeth su mejor amiga de la preparatoria, producto de una noche locura entre ambos cuando tenían unos dieciocho años. Físicamente parecía una versión de mí pero más madura, más sobria, más seria. El hijo de una pareja divertida, era el más recatado.

Yo fui el segundo hijo, llegué al mundo gracias a un amor de verano que tuvieron mis padres en España. Harvey se marchó de la vida de mi madre antes de que supiera que yo estaba allí escondido en su vientre, se marchó a aceptar su herencia y comenzar a trabajar arduamente dejando atrás al joven aventurero que llevaba en sí. Unos años después se enteró de mi existencia y aunque me reconoció como su hijo, él no amaba a mi madre. Yo, el hijo de una pareja que no se amaba, era el más amoroso.

Lindsay fue la última descendencia de Harvey, era hija de Lana quien había sido la única pareja estable en la vida de papá. Única hija hembra y de un matrimonio consolidado, a la chica por no tener más hermanos por parte de su madre le gustaba fingir que era hija única. Mi papá amaba a Lana, y a decir verdad no había prueba de que ella no lo amara a él, fue la única de nosotros que fue planeada. La hija de una pareja que se amaba, era la que parecía odiar todo.

Mis hermanos y yo éramos las pruebas vivientes de que las circunstancias que te rodeaban no definían precisamente quién serías, todo iba más allá. Las personas éramos algo complejas y cada quién decidía el rumbo que iba a tomar su vida, o cómo iba a decidir vivirla.

La cena era muy formal, los modales eran imprescindibles, las conversaciones parecían ser estrictamente ensayadas para que no se cometiera ningún error al hablar de algún tema equivocado. Yo había aprendido como actuar en reuniones como esas desde que tenía cinco años y me fui a vivir con papá, pero eso no hacía que me sintiera menos incómodo de lo que ya me encontraba.

Mis pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido de un cubierto metálico chocando con una copa de cristal, todos giramos hacia el causante de aquel sonido: Harvey.