»◦✿◦« Capítulo 8 »◦✿◦«

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Marinette alzó la mirada, estaba sentada en la cama de la habitación extra. El aroma de su abuela aún estaba en la habitación. Después de todo, su perfume siempre había sido fuerte y ella no había tocado esa habitación desde que Gina murió.

Era casi como si ella estuviera ahí, hablándole, reconfortándole.

Mirando sus rodillas, Marinette apretó sus manos en puños y cerró los ojos. Lo que sea que estuviera pasando, estaba más jodido de lo que podía comprender. Hasta ahora había besado a un hombre casado – dos veces. No quería tratar, ni comprender el por qué Adrien la había arrinconado en el pasillo, ni por qué Adrien había lucido tan enojado en un minuto, relajándose al siguiente.

Era muy confuso y ella no sabía de ninguna razón para que Adrien lo hiciera. Así que decidió simplificarlo – por su propio bien.

Estaba enamorada de Adrien. Ella estaba ebria. Adrien había estado cerca y por ello lo había besado.

Segunda vez. Ella aún estaba frágil por haber bebido la noche anterior. Adrien estuvo deliberadamente (o accidentalmente) atrayendo su mirada y en un momento de debilidad, lo besó otra vez.

Así que la solución, por ello, era simple. Marinette debía tener control de su vida nuevamente y para hacer eso, tenía que dejar de beber primero, ella era una Idol, conocía los riesgos y había pasado una semana desde que Gina murió.

Por ello, debía ponerse seria. Comidas saludables, trabajo, trabajo, trabajo y alzar su muro. Debía mantener a Adrien a raya. No solo por ella misma sino también por el bien de Adrien. El hombre estaba casado, tenía una familia y Marinette no podía olvidar ese simple hecho.

Podía hacer esto. Lo había hecho antes de Gina y podía volver a hacerlo después de ella. Debía mantener un ojo en sus comidas, alejarse del alcohol y encontrar otras – más productivas – formas de lidiar con la abrumadora soledad que era su vida.

Además, se recordó optimista, no estaba del todo sola. Tenía amigos y tenía muchos de ellos.

Bajando la mirada hacia su celular, le envió un mensaje a Alya. Uno general, agradeciéndole por cuidarla, ofreciéndose a pagarle el almuerzo a Alya en cuanto pudieran salir.

Esto era lo que necesitaba, algo de estabilidad, normalidad, en lo que sea que estuviera enfrentando.

El muro resurgiría. Tendría qué. Le había ayudado cuando Adrien se fue y le ayudaría ahora. Sin importar qué, debía mantener su distancia y para hacer eso, no debía influenciar en Adrien. No debía poner nada en su mente.

Podía hacer eso. Era una brillante actriz y si lo peor llegaba, adoptaría uno de sus roles para lidiar con ello.

Después de todo, cuando estaba siendo acosada por los paparazzi, se convertía en Ladynoir. Cuando estaba sintiéndose enfadada pero no podía demostrarlo con facilidad, se convertía en Ladybug – la versión antigua.

Lo haría. Podía hacerlo. Mantendría lejos a Adrien y aunque le doliera, ella estaba haciéndolo por el bien de Adrien.

Sin importar qué, no podía ser dejada a solas él. Su corazón aún latía salvajemente y el pensar en lo que Adrien pudiera hacerle si algún día los fueran a dejar a solas...enviaba escalofríos por su espalda.

Sosteniendo su celular, Marinette llamó a Tikki. Salió de la habitación extra y cerró la puerta tras ella con un bajo click, el aroma de Gina yacía sano y salvo dentro de la pacífica habitación para más tarde.

⋆✩⋆

Los ojos de Marinette estaban tan fríos como el hielo. No prestó atención a Adrien, ni siquiera lo miró.

Coeur de Cender (Corazón de Ceniza) (Adrinette) AU +20Donde viven las historias. Descúbrelo ahora