Coeur de Cender (Corazón de Ceniza) (Adrinette) AU +20

»◦✿◦« Capítulo 40 »◦✿◦«

Marinette lo siguió pero lo dejó ir cuando volvió a sentarse. Mirándolo preocupadamente, no pudo evitar sentirse un poco perdida. Odiaba esto, no era perfecta alrededor de Adrien y cuando pisaba en minas de este tipo, prácticamente perdía a Adrien por el resto de la noche sin importar lo que el mayor tuviera en mente.

Suspirando derrotada, retrocedió un poco. —Lo siento,— musitó. —No quería hacerte esto...es solo que...si te vas ahora...—

'Temo que dejara nada resuelto y todo sin terminar, manchado de mal humor y puede que ya no regreses.'

Un poco extrema era la mente de Marinette y estaba absolutamente ignorante cuando se refería a Adrien.

El rubio suspiró. —Ven aquí,— musitó derrotado y jaló a Marinette a su regazo. —No quiero que te sientas mal, no seas tan sumisa. Cuando soy un idiota, trátame como un idiota.— Regañó. —Y si crees que ponerme de mal humor unas cuantas veces será suficiente para hacer que nunca regrese, entonces no confías en mí y la fuerza de mi amor.—

—Sigo diciendo las cosas equivocadas.— Marinette musitó, escondiéndose en los brazos de Adrien. No quería decirle en voz alta pero estaba esperando que Adrien la entendiera a ella y a su mente lo suficiente como para saber que Marinette pensaba irracionalmente que si discutían muchas veces, entonces Adrien tendría suficiente y se iría para siempre.

—Marinette, cariño,— Adrien trató de explicar. —Vamos a estar en desacuerdo, vamos a discutir, de eso se trata ser dos seres humanos diferentes. No te dejaré por ello, lo que hace que una pareja sea fuerte es la habilidad de sobreponerse a desacuerdos como esos. Confía un poco en mí, confía que puedo superar cualquier desacuerdo, y recuerdas por qué te amo aún cuando estoy enojado contigo?— preguntó y se acercó gentilmente.

Asintiendo, Marinette se aferró a Adrien y presionó un beso en su mejilla. A veces sentía que las palabras no podían describir lo suficiente lo mucho que la amaba. Ahí permaneció, una inseguridad que Adrien nunca sería capaz de dejarla aún si quisiera porque Adrien sabía que ella no tenía nada en qué apoyarse pero la menor no estaba segura de cómo podría explicarlo de otra forma, no podía evitar lo que era esto. Todo lo que podía hacer era confiar que eventualmente se repondría y necesitaba que Adrien supiera que si algún día quería dejarla, podía hacerlo sin sentir culpa.

—Puedo preguntar algo?— musitó, mirándolo con preocupación.

—Dime?— Adrien preguntó, ocupado con jugar amorosamente con los mechones de Marinette. La nube de tormenta había cedido, lo que quedaba era un amoroso Adrien, pleno e incluso juguetón. Un brazo rodeó la cintura de Marinette, presionando algunos besos en la mejilla de la menor.

—Si...— Marinette dijo, temiendo cambiar al amoroso Adrien y traer al enojado pero es que tenía que preguntar. —Si...un día te despiertas y te das cuenta que no me amas y que no quieres estar aquí...podrías irte sin temer que haga algo tonto como morir?— lo miró. —O te quedarías, te harías infeliz porque temes que me derrumbaré si me dejas?—

—Primero que nada, eso no sucederá.— Adrien suspiró. —Segundo, si eso pasara, quizá no me interesarías mucho ya que ya no te amaría. Solo me iría.— Aclaró. —Pero como dije, eso no sucederá, estoy seguro.— Adrien besó la sien de Marinette. Para él sería ridículo el siquiera pensar que eso pasaría.

Relajándose un poco en el agarre de Adrien, Marinette deslizó sus brazos por los hombros de su pareja y se acurrucó en él. Cerró los ojos y presionó pequeños y amorosos besos en su cuello.

Muy seguido sentía que nada en el mundo podía describir en palabras, emociones o sonidos lo mucho que amaba a Adrien. Todo lo que podía hacer era sentirse indefensa alrededor de él, dejarse caer y confiar que Adrien la atraparía y que sabía lo mucho que lo amaba. Pasó sus dedos por las suaves hebras de Adrien y suspiró cuando su cuerpo por fin se relajó en sus brazos. Tenía que aprovechar esto, no tendrían mucho tiempo para relajarse cuando el tour empezara.