Coeur de Cender (Corazón de Ceniza) (Adrinette) AU +20

»◦✿◦« Capítulo 53 »◦✿◦«

Si alguien atestiguaba a Adrien ahora mismo, arrastrándose tras Marinette en la cama con una sonrisa idiota, quizá dudarían de su cordura y habilidades como idol. Aunque, cuando se refería a momentos privados como estos, no le importaba.

—Ven aquí,— murmuró y sujetó a Marinette por la cintura para girarlos y reclamar la piel del cuello de la menor así como también sus orejas. —Nom nom— deja salir esos sonidos antes de besar profundamente a Marinette, sonriendo contra sus labios,

Gritando, la azabache rió bajo Adrien y lo empujo débilmente, peleó y empujó por los hombros a Adrien, pateando el aire como la infantil niña que podía ser cuando quería.

La ropa aquí no importaba, tampoco todo lo demás. Gritó y ladeó la cabeza.

—Nooo.— Rió. —Noooo, aléjate, aléjate, aléjate!—

—De ninguna forma, estás a mi merced ahora.— Adrien anunció victorioso y dejó que su mano se deslizara por el cuerpo de Marinette sin trabas. —Dale un besito a papi.— Bromeó solo para ser molesto antes de besar a Marinette de forma demandante.

—Mmfh!— La azabache gritó, empujó a Adrien y echó hacia atrás la cabeza, dejando que los exigentes labios de Adrien encontraran su cuello. —Otra vez con lo de papi! Te das cuenta de lo feo que suena?—

Aún así envolvió sus brazos alrededor de los hombros de Adrien y le devolvió el beso, rodándolo de forma que estuvo sentada sobre Adrien y fijándolo a la cama.

Adrien le sonrió y deslizó una mano por la curva de sus caderas y cintura, pasando por sus pechos y cuello yendo hacia su rostro, acariciando sus mejillas antes de sostener con gentileza sus cabellos forzándola a medias a encontrar sus labios, su otro brazo rodeó la espalda baja de Marinette. —mía,— susurró en el beso, más como un recordatorio que como confirmación.

—Mío,— Marinette dijo, deslizando sus manos por el pecho de Adrien y besándolo exigentemente. Una de sus manos subió para sujetar gentilmente el cuello del rubio, un familiar gesto que ninguno olvidaba.

—Y yo soy tuya,— suspiró feliz y los rodó de forma que Adrien quedó sobre ella. Estaba aferrándose al rubio, ambas piernas rodeaban la desnuda cintura de Adrien, jalándolo más cerca y sosteniéndolo ahí, como una monito bebé, tal como Adrien se lo decía con frecuencia. Marinette deslizó sus manos en los cabellos de Adrien, acercándose a su rostro para besarlo y acercarlo imposiblemente más.

—Si entendieras lo mucho que te deseo, y te amo, quizá te sentirías aterrada,— Adrien murmuró una confesión contra los labios de Marinette y sonrió, jadeando ligeramente y presionando a Marinette contra el colchón tan fuerte que estuvo preocupado de que la menor no pudiera respirar apropiadamente.

—Tú ya sabes un poco de cuanto te deseo,— Marinette suspiró contra los labios de Adrien, movió su mano gentilmente por su espalda y subió para besar y morder el hombro del mayor. —Me tendrás contigo siempre?— susurró contra el cuello de Adrien. —No me abandones, porque sino desapareceré.—

—Nunca dejaré de amarte,— Adrien prometió y se retiró para ver a su pareja, usando una sonrisa amorosa y acariciando su mejilla, la otra mano se deslizó había abajo y de súbito introdujo un dedo en ella. Siguió observando a su pareja, sabiendo que no sentiría dolor porque Marinette ya estaba dilatada. Solo segundos después, otro dedo se unió, y Adrien tranquilamente presionó contra ella.

—No me abandones,— susurró, mirando a Adrien indefensa. —No me encontrarán por mi col-

Virando los ojos cuando Adrien presionó contra ella, Marinette gruñó indefensa y echó hacia atrás la cabeza, todas sus palabras coherentes la dejaron.