Coeur de Cender (Corazón de Ceniza) (Adrinette) AU +20

»◦✿◦« Capítulo 57 »◦✿◦«

Adrien dejó que Marinette se fuera, sin hacer el intento de ir tras ella, y se sentó en la cama con un profundo suspiro. Esto era un lío. Adrien se recostó a la cama y rápidamente se quedó dormido, exhausto, solo despertando unas horas después cuando hubo un sonido en la puerta, indicándole que tenía que salir. Adrien dejó su equipaje al lado del de Marinette y salió de la habitación, prefiriendo estar a solas en el auto, al lado del conductor, sin decirle nada a nadie. Debería lamentar el haber detenido su sesión amorosa cuando ya no quería seguir? Debería lamentar por tener un día de malhumor y de comportamiento irreflexivo porque estaba engañando a su esposa? No había gritado, no había lastimado físicamente a Marinette, se había contenido de ser irracional con la menor. Se había disculpado por irse así en la mañana.

No era capaz de fingir que nada estaba mal cuando todo lo estaba, especialmente no con Marinette. Estaba incoherentemente frustrado y enojado con ella, claro, pero había intentado ser maduro con ello. No podía controlar sus emociones pero podía controlar sus acciones, y había intentado ser racional con ello, hablar en lugar de gritar pero seguir siendo fiel a sus sentimientos. Todo se resumía a sus sentimientos no siendo justificables, y a pesar de todos sus intentos no podía decirle a sus emociones que se calmaran. Esos eran los pensamientos de Adrien mientras iban al aeropuerto.

Mientras que el malhumor de Adrien podía ser leído por todos, Marinette nuevamente los había alejado de lo que estaba pensando. La menor se negó a dejarlos entrar esta vez.

Así que ya que Adrien se sentó delante, Marinette se sentó con Kim. Nino miró a Alya y vio cuando Marinette se metió en un juego de pulgares con Alix. La sonrisa en el rostro de Marinette parecía genuina pero era difícil de saberlo con ella. Era difícil para los demás saber si había un muro. Si estaba riendo genuinamente cuando Alix aplastó su pulgar o si solo estaba mostrándoles lo que quería que vieran.

Cuando la van llegó al aeropuerto, Marinette bajó primero y ondeó la mano a los fans que ya estaban ahí. Su sonrisa de idol estaba puesta mientras los de seguridad los llevaban para que abordaran el avión. Kim se quedó cerca de ella y Nino cerca de Adrien. Aunque el rapero prefirió no hablarle al otro, solo en caso de que Marinette estuviera dándole espacio a Adrien porque necesitaba estar a solas por un tiempo.

Adrien se escabulló entre las personas, tratando de evitar tantas manos como le fuera posible. Iba con la cabeza gacha y su pulso palpitando rápido. No había superado lo que había pasado en ese club, no se sentía bien con todas esas personas extrañas tocándolo. Manteniendo su calma, hizo su camino hacia el avión y nuevamente escogió estar a solas en la parte de atrás, y cuando su manager se sentó a su lado con una mirada de pregunta, insinuándole qué rayos le pasaba esta vez, Adrien le dijo que llamara al hotel y que arreglara una habitación para él solo, diciéndole que él pagaría con su propio dinero.

Sentándose cerca del frente, Marinette escogió un asiento cerca de la ventana e iba soplando en el vidrio cuando Nino entró y se sentó a su lado.

—Mari,— Nino dijo, pausando cuando vio a Marinette dibujando en la empañada ventana con su dedo. Se estiró y sostuvo el brazo de la menor. —Marinette.—

—Arruinaste mi dibujo de palitos.— La azabache gruñó, mirando el dibujo. —Ahora él tiene un pene.—

—Mari, qué sucede?— Nino suspiró cansado. —Sé que algo pasó esta mañana pero no se solucionó?—

Marinette gruñó, se recostó en su sitio y se colocó el cinturón de seguridad cuando les dijeron. —Solo estoy dándole aire,— dijo en voz baja. —Adrien dijo que soy parte de problema en su cabeza. Él lo solucionará por sí mismo.—

—Terminaron?— Nino preguntó. En lo personal, se sentía mal con la idea de que este par terminara su relación. Claro, eso significaría que tendría noches calmadas para él pero no quería que eso sucediera. Marinette había estado más abierta y feliz en los últimos meses. Igual Adrien. Había algo ahí, algo correcto y Nino podía verlo claro como el día.