-¿Qué quieres hacer hoy, guapísima? -me pregunta Samuel al oído.
Es media mañana y llevamos un rato viendo unos episodios de The Big Bang Theory matutinos. Hace varios días desde que ocurrió aquella extraordinaria noche. Hay que añadir que, aunque fue una locura, se ha repetido muchas veces después de aquella. Mis primeros días de vacaciones han estado ocupados entre ayudar a Samuel a editar videos, aunque me he negado en redondo a salir en ninguno, y a pasar largas horas entre videojuegos y películas a su lado, y al lado de los chicos que han venido en algún momento.
-Bueno, es viernes. Podríamos salir de fiesta, que aún no he ido a ningún sitio en vacaciones y yo soy muy fiestera. -le explico levantándome de su hombro, donde estoy recostada.
-Me parece genial, yo también quiero un poco de marcha aquí en Madrid. -Me explica riéndose y sentándose bien a mi lado.
-Deberíamos hacer un grupo para los mensajes. Así no nos liaríamos tanto para avisarnos de las cosas.
Él asiente a mi lado así que desbloqueo el móvil y creo el dicho grupo.
-¿Que nombre pongo? -le pregunto sin apartar la vista del teclado.
-Piénsalo tú, que eres doña insultos originales. -pone su adorable sonrisa torcida.
Busco un poco de inspiración en el fondo de mí depravada mente.
"10 gilipollas buenorros."
Me rio yo sola como una estúpida y, después de crear el grupo, escribo un primer mensaje en tono formal, como si fuera una carta o algo parecido.
"Mis queridos gilipollas buenorros. Esta noche, en motivo de celebrar las vacaciones navideñas y porque me sale de ahí abajo, convoco una quedada amistosa en Lotsberg a medianoche. Debido a mis claras intenciones de embriagarme hasta caer rendida, sería una buena idea el desplazamiento en taxi y/o autobús. Espero con ansia sus respuestas."
El teléfono de Samuel suelta un pitido que probablemente señale la llegada de mi mensaje al grupo.
-¿Qué es Lotsberg? -me pregunta, leyendo en el móvil.
-Es una discoteca que abrieron hace unos años y que tiene una zona VIP increíble. Además tengo buenos contactos. -añado esto último guiñándole un ojo.
-¿Y porque a medianoche? ¿Por qué no a las once o a la una?
-Porque alguna hora tenía que dar, ¿no?
-Tienes razón... Deberíamos echar la siesta después de comer para aguantar toda la noche.
-Todo lo que sea dormir a mí me parece maravilloso. -le digo muy sonriente. La verdad es que es lo que más adoro en este mundo. Dormir.
-¿Qué quieres hacer el resto de la mañana, guapísima? -me pregunta muy inocentemente. Pobrecito, no sabe lo que le espera.
-No se tu Samuel, pero a mí se me ocurren cosas divertidas para entretenernos...-le digo provocativamente acercándome a él y a su oído. Nada más oír mi propuesta, me agarra del muslo para apretarme contra él, a lo que ambos reímos como estúpidos. Acerca su boca a la mía y me muerde suavemente el labio, pero me separo de golpe cuando tengo una idea.
-Espérate dos minutos. -le pido mientras me levanto del sofá y me voy a mi habitación.
Abro el armario y rebusco en varios cajones en busca de algo que ponerme pero nada se parece a lo que estoy buscando, hasta que doy con una bolsa que contiene una caja que me trae a la memoria un divertido recuerdo. Es la lencería hortera que me regaló Rubén el día que fuimos de compras. Siento que una sonrisa me ilumina el rostro. Obviamente es porque voy a estrenar ropa. Para nada es porque pensar en Rubén me haga feliz. No. ¿No, verdad? Joder.
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Tu tan de Ron y yo tan de Vodka. [Rubius]
FanfictionNora tenía una vida bastante normal, quizás no del todo habitual por la importancia de su familia y la fama de su hermano, aunque sí con una rutina muy corriente, peró entonces conoció a Rubén y sus amigos y todo cambió. Y es que aquel chico que hab...