-¡Sorpresa!
Severus miró a la pelirroja en la entrada de su casa con una ceja alzada, claramente notándose en sus facciones cada uno de los hechizos que estaba pensando en mandarle en ese preciso momento por atreverse a molestarlo esa noche.
-No pedí tus servicios hoy –dijo simplemente cerrando la puerta.
-Aunque me encantaría, no estoy aquí para eso –la joven colocó un pie entre el marco y la puerta para evitar que la cerrara del todo, y entró en la casa dándole de pasada un rápido beso en los labios como si el hombre le hubiera invitado con gusto.
-No estoy de humor hoy –bufó Severus, aun parado en la entrada con la puerta abierta como para insinuarle que se marchara –Sólo vete ahora y olvidaré que estuviste aquí –agregó cuando vio que ella no parecía percatarse de su insinuación.
-Pero te traje un regalo –dijo haciendo un mohín con los labios.
-No lo quiero –espetó.
En ese momento se escuchó un pequeño quejido haciendo que el hombre prestara atención a la joven por primera vez desde que llegara.
> ¿Qué fue eso? ¿Qué traes debajo de la capa?
-Tu regalo –contestó sonriendo ladinamente.
Severus, ya bastante fastidiado por el comportamiento alegre que en otras oportunidades solía gustarle de ella, le abrió la capa bruscamente encontrándose con un niño de aproximadamente dos años, amarrado al cuerpo de la joven por medio de un fular.
-¿Qué se supone que es esto?
-Algo que te hará recuperar el humor –la joven, a pesar de la mirada que le estaban dirigiendo, no había perdido su sonrisa en ningún momento, acostumbrada a los arrebatos del hombre que tenía enfrente.
-¿Y cómo se supone que un niño me hará cambiar de humor? –Bufó con una ceja alzada.
-¿Y si te digo que es tu hijo? –Preguntó –Bueno, creo que eso sería peor –se contestó a sí misma al ver que Severus fruncía el entrecejo con enojo –No te preocupes, no es tu hijo. Ni mío para el caso –se encogió de hombros –Adivina hijo de quién es –agregó, ampliando su sonrisa.
Severus no contestó, ya había tenido suficiente, no estaba de humor para juegos esa noche, por lo que simplemente la tomó del brazo sin ninguna delicadeza y la arrastró hasta la puerta para sacarla de su casa. Quería estar solo esa noche.
>Es el hijo de Lily Evans –exclamó la joven aferrándose del marco de la puerta antes de que él la sacara completamente a la calle. Su sonrisa había desaparecido completamente para esas alturas, era verdad que estaba acostumbrada al trato que solía darle, pero eso era porque nunca había sido violento con ella; al contrario, desde que se conocieron Severus la trataba de manera, sino dulce, al menos suave. Aunque no se engañaba a sí misma, sabía que él no lo hacía por ella en sí, sino por su gran parecido a Lily Evans. Sólo por eso la había elegido aquella noche en el Callejón Oscuro.
-¿Qué haces con el hijo de ella? –La voz de Severus había cambiado drásticamente en ese momento, sus oscuros ojos fijo en el niño que continuaba dormido en el fular pese a todo el movimiento.
-Lo tomé para ti –contestó la joven suavemente, entrando nuevamente a la casa y cerrando la puerta a su espalda, sonriendo nuevamente como al principio –Sé que siempre te arrepentiste de cómo la trataste aquella vez, hace años, y que te duele no haber podido obtener su perdón. Así que decidí ayudarte. Si hay algo que nos gusta a las mujeres, son aquellos hombres capaces de protegernos, de ser héroes cuando la situación lo necesita –dijo con una sonrisa soñadora –Por eso pensé, ¿qué sucedería si actúas como el héroe de Lily Evans? Seguro que ella empezaría a verte con otros ojos, olvidando cualquier ofensa que le hayas hecho en el pasado. Pero tenía que ser algo grande, algo que realmente a ella le cause la más grande impresión. ¿Y qué mejor que recuperes y devuelvas a sus brazos a su hijo perdido? Es una idea brillante, ¿no lo crees?
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ADA(O)PTARTE
FanfictionLa vida de Severus Snape termina siendo unida a la de Harry Potter de una manera por demás extraña y poco ortodoxa. ¿Quien hubiera creído que llegaría a él como un regalo "para mejorar su humor" en medio de la noche?