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Ese día, Payton quería visitar a Violet. Quería saber si ella estaba bien. Él esperaba que ella estuviera bien, ella era importante para él. Ya hacía más de dos semanas que se conocieron, y de que se hablasen mucho.

—Mamá, voy a ir a la casa de Dylan —le mintió a la mujer, que estaba sosteniendo con una pila de ropa.

—Está bien, cuídate, ¿sí?

—Si, mama.

Dicho eso, se fue a la casa de Dylan. Pero no iba a entrar, así que le mandó un mensaje para saber si estaba Chris, su papá.

Dylan Bro:
> Payton: Brooo, ¿tu papá está en tu casa?
< Dylan: No, no está. Yo sí.
> Payton: Genial. Le dije a mamá que iba a ir a tu casa, pero voy a ir a la Violet.
< Dylan: Ah, bueno. Ve, si tu mamá pregunta estuviste conmigo todo el tiempo. Solo avísame cuando llegaste y cuando saliste por si me preguntan.
> Payton: Claro. Gracias, Dylan.
< Dylan: Lo que sea por mi bro.
> Payton: Jajaja. Chau, ya voy a entrar a su casa.
< Dylan: Suerte, y cuídense, eh.
> Payton: Estúpido.

¿Alguna vez se sintieron el en cielo? Ella sí, y es lo mejor que vivió. Simplemente pasó; después de llegar a casa, no estaba su mamá, normal. Así que subió a su habitación y cerró las cortinas, porque no quería que la vea Payton. En realidad, no sabía si estaba Payton, pero por si las dudas; nunca nada está de mas. Se sentó en la silla que usaba para el escritorio. Se miró al espejo, tenía ojeras. Hacía un día que no dormía, no se sentía bien y tenía el rostro más pálido que antes. Pero no le dio importancia a eso.

Luego de pensar, fue a la habitación de su mamá y empezó a revolver todo para ver si estaba lo que ella quería. Bingo. Estaban escondidas debajo del colchón. Volvió a su habitación y apoyó la bolsa en el escritorio. Miró el contenido por un largo rato y sacó un poco de este. Lo siguió mirando un poco más mientras fumaba el tercer blunt. Bajo la cabeza e inhaló todo lo que había tirado sobre la mesa. Luego de unos segundos no pasaba nada, así que hizo lo mismo que antes: tiró un poco más y volvió a inhalarlo. Todo a su alrededor se empezó a mover. Se paró, tropezó con algo que estaba en el piso y se cayó al piso, se empezó a reír. Como loca. Casi que se parecía a la mamá.

Luego de estar en el piso por un rato, se paró e intentó caminar. Miró sus manos y veía que los movimientos se triplicaron. Algunos colores estaban mucho más brillantes de lo normal, que hasta le dolía la cabeza con tan solo verlos.

Alguien tocó la puerta. Ella bajó las escaleras y se cayó varias veces, pero ella solo aumentaba su risa. Cuando llegó a la puerta, intentó agarrar la perilla pero no podía, veía cuatro de estas. Cuando por fin pudo agarrarla, abrió la puerta. El chico castaño se le quedó viendo.

—Violet, ¿estás bien? —preguntó preocupado.

—Mejor que nunca —contestó mirando para todos lados.

—No mientas —Payton asomó la cabeza por la puerta—. ¿Puedo pasar?

—Claro, pasa.

Payton pasó y miró a todos lados.

—¿Está tu mamá? —ella solo lo miro y negó con la cabeza.

—Nunca está —dijo y levantó los hombros.

Después de eso, empezó a tambalear. Todo se volvió rosa y vio a su mejor amiga riéndose de ella. Ella, al verla, también se empezó a reír de ella misma. Payton se acercó a ella pero ella caminó hacia adelante hasta donde estaba su amiga.

—Vamos a tu habitación, Violet. No estás bien, mírate. Vamos —la agarró de los brazos e intentó arrastrarla a las escaleras.

—¡¡NOOO!! —gritó—. ¡Mi Dunkin! —gritó, mientras lloraba.

—¿Dunkin? —Payton estaba confundido—. Vamos Violet —la agarró mejor y la llevó a su habitación.

Cuando llegó a su habitación, Payton la acostó en la cama y empezó a buscar algo.

—¿Qué buscas? —preguntó mientras le salían algunas lágrimas.

—¿Qué te tomaste?

—Querrás decir inhalaste —lo corrigió. Después de eso empezó a reír a carcajadas.

—No, no, no —Payton caminaba a todos lados buscando lo que inhaló.

—En el escritorio —habló.

Payton fue al escritorio y agarró las cosas. Empezó a inspeccionar que era.

—¡Oye! Si quieres un poco, ponlo en el escritorio, no dejes que caiga al piso.

—No, no, no —repitió. Violet lo ignoró y ella agarró el blunt. Se lo llevó a la boca y aspiró una gran parte de este. Payton, rápidamente, con la bolsa en la mano, le arrancó el cigarro de los dedos de Violet.

—¡Ey! —dijo dejando que todo el humo salga de su boca.

Payton abrió la ventana y tiró el cigarro hacia la calle. De un momento a otro, Payton estaba mirando a Violet con suma preocupación.

—¿Qué?

—Es heroína.

¿Cuando es que Violet se había inyectado heroína? Ella miró a Payton confusa y rió fuertemente al ver la cara de Payton con una aguja en su mano derecha y en la otra la bolsa con el polvo.

Juli <3

Desde Arriba - P.M | NUEVA EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora