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Pasaron dos semanas desde el cumple de Payton. Se veían todos los días; pero, un día más que se veían, un día más que Violet estaba peor. Casi que no podía levantarse de la cama por los mareos que le causaba eso. Le costaba respirar y tenía pequeños moretones y manchas alrededor de su cuerpo sin ninguna razón; como cuando estaba en Illinois.

Ese día iba a ir a la casa de Payton.

—Mamá, me voy a ir a lo de Pay —comentó, mientras guarda su celular en la minibag que compró hacía unos días.

—Está bien, ve con cuidado.

—Si, mamá —le dijo y salió de su casa para ir a la casa de Payton en Uber.

Él quiere ir a buscarla y llevarla hasta su casa, pero ella no lo quería molestar. Al llegar, Faith abrió la puerta. La saludó y Violet subió las escaleras para dirigirse directamente a la habitación de su novio.

—¿Quien? —dijo el chico, después de escuchar que alguien tocó la puerta.

—Tu tatara abuela —bromeó—. Soy yo, tontito —aclaró, finalmente.

Payton abrió la puerta y ella entró confiadamente.

—Pero te iba a buscar yo —dijo, acomodándose la remera—. Hasta te mande un mensaje y todo.

—¡Ups! —exclamó.

—Te quería ir a buscar yo —dijo, puchereando.

—Ya está —se sentó en la cama de este—, no voy a volver a casa para que me vengas a buscar.

Él corrió hacia ella y la empujó para que su novia quedara acostada, debajo de él.

—¿Cómo está mi modelo favorita? —desde hace poco la empezó a molestar diciendo que era su modelo favorita.

—Ya, cállate —le dijo ella, enredando una de las cadenas que colgaban del cuello de Payton con sus dedos.

—Mmm, dejame pensar... —la miró divertido—, no —sentenció, para después empezar a hacerle cosquillas en el estómago a ella: su punto débil.

—¡Para! —tartamudeó—, ¡Payton, por favor! ¡Para! —agregó de la misma manera que antes.

Con las risas le era difícil respirar. Ya casi que no podía hacerlo hasta que Payton paró, al verle la cara casi violeta a su novia. Ella tomó un bocado de aire desesperadamente. Su pecho subía y bajaba rápidamente.

—¿Violet? ¿Qué... qué pasó? —dijo Payton, tartamudeando. Mientras se paraba de la cama y se alejaba de su novia.

—Nada, solo no podía respirar bien por las cosquillas. Pero ya está bien —dijo, acercándose a él.

—No, no —levantó su mano, deteniendola— te me acerques. Fue mi culpa.

—Payton... —susurró.

Fue hacia él, tratando de que no se diera cuenta de sus mareos. Y lo abrazó. Él, obviamente, le correspondió ese abrazo. Empezaron a moverse; así abrazados. Al ritmo de una canción que pasaba por la computadora de Payton.

—Te amo tanto —dijo él, mirándola a los ojos.

—Yo también, Payton. Demasiado diría yo —ella cerró los ojos y él cortó la distancia que teníamos con un beso lento, profundo y lleno de sentimientos diferentes.

Él pasó su mano por el cuello de ella y empezó a acariciarlo con su pulgar mientras movía la boca ágilmente contra la de Violet, su novia.

—¿Vemos la televisión? —dijo, al separarse del beso con su novio.

—Siempre arruinas la diversión —pateó algo que estaba ahí por el piso como un nene chiquito.

Ella rodeó los ojos con diversión y esta misma se acostó en la cama de él. Acto seguido, Payton se acostó y apoyó su cabeza en el estómago de su novia.

—Pay...

—¿Si? —volteó la cabeza, para mirarle a los ojos.

—Me voy a ir de viaje dentro de poco —informó—, más o menos dentro de una semana.

—¡Qué bien! —exclamó, feliz por su novia—, ¿vas a ir tú sola?

—Yo sola... —afirmó.

—¿No quieres que te acompañe? Yo no tengo problema, eh —bromeó.

—No, no hace falta —rió—. Gracias, igual.

—De nada, mi vida —se levantó para darle un beso en la frente y volverse a apoyar en su estómago.

—Vio, tu estomago suena mucho. ¿Tienes hambre? Porque me puedes comer a mi —dijo él.

Ella rió y le pegó, despacio, en la cabeza.

—Imbécil —masculló.

—Auch, eso dolió —se sobó la parte golpeada de su cabeza—. Igual soy tu imbécil —dijo con un tono de superioridad.

—Si, claro.

Juli <3

Desde Arriba - P.M | NUEVA EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora