—Ya es de noche, ¿vamos? —le preguntó Payton a Violet, quien estaba sentada en una silla, que estaba en frente la computadora del chico.
—Si —dijo nerviosa.
—Ve al auto que yo tengo que buscar algo.
—Está bien —allá asintió y agarró sus cosas que había dejado en la misma silla en la que se había sentado anteriormente.
Ella fue al auto de Payton. Estaba limpio, bueno, mas que antes. Lo había llevado a lavar o él lo lavó. El rojo era mas radiante que antes.
Lo esperó. Y Payton cuando entró al auto, este le dijo que tenía que taparse los ojos con algo que él, supuestamente, había llevado especialmente para eso.
—No me vas a secuestrar, ¿no? —dijo Violet bromeando, pero del todo.
—No —rió Payton, acomodándose.
Ella solo sonrió y él le pasó la venda. Después de un trayecto de treinta minutos, aproximadamente, llegaron al destino. Violet no tenía ni la menor idea donde estaba y ni tampoco podía ver un poquitito. Solo negro.
—Bueno, cuidado —indicó él—. Ahora vamos a bajar —le dijo Payton.
Después, escuchó que cerraron la puerta y, luego de unos segundos, abrieron la de su lado, donde estaba ella sentada. Payton le agarró la mano y la guió al lugar donde tenían que estar.
Violet no escuchaba rastros de personas o de autos cerca de ahí. Y tampoco música, la que demostraba que estaban en un lugar cerrado. Solo escuchaba algunos pajaritos volando por ahí o cantando.
—Cuidado... por ahí... siéntate aquí que ya vengo —le fue guiando Payton, mientras la sostenía de las brazos para que esta no se caiga.
Ella se sentó en el piso esperando a Payton, aún con los ojos vendados. Ella escuchó que dejó algo en el piso y también como Payton se sentó.
—Bien, destápatelos —murmuró Payton.
Cuando le sacó la venda que le tapaba los ojos, se quedó sin palabras. Violet se quedó sin palabras; la había llevado a un lugar apartado de la ciudad. Se veían muchas luces: las de las casas y la de los edificios. O también los carteles decorativos que estaban en las avenidas principales de la cuidad.
Todo era precioso, la noche estaba templada y el cielo despejado; una cosa muy rara en esa época del año.
—No es gran cosa —dijo el chico que pensó la sorpresa—, pero cuando necesito inspiración vengo aquí.
—Payton... es hermoso, nunca he visto un lugar tan hermoso —confesó ella, mirando todo lo que la rodeaba. Detrás de ellos habían árboles y oscuridad.
Payton apoyó su cabeza en el hombro de ella y sonrió. Él tenía la mano apoyada sobre el suelo y Violet apoyó su mano sobre la de él. Ella apoyó su cabeza sobre la cabeza de Payton.
Él habló:
—Mira allí está mi casa —Payton señaló, con el dedo anular de la otra mano, a un lugar en el horizonte.
Había como treinta mil luces; Violet no sabía cual era la que estaba señalado con el dedo anular.
—¿Cómo sabes? —preguntó ella, demasiado curiosa, como siempre.
—Me costó mucho encontrarla. Pero si, es esa.
—Ah... —exclamó ella, susurrando.
Payton, si no estaba muy cerca de ella, no la escucharía decir eso.
—No sabes cual es, ¿no? —preguntó él.
—¿Te digo la verdad? —Payton movió la cabeza, asintiendo—, no.
—Yo tampoco, te mentí —dijo riendo. Violet abrió la boca y se separó de él.
—Ay. Yo me lo creí —dijo. Payton rió fuertemente.
—Violet... quiero que sepas que eres muy importante para mí —habló, de la nada; luego de estar en silencio mientras calmaba la risa.
Violet se quedó callada y Payton juntó sus labios formando una línea recta.
Todo era precioso, la noche estaba templada y el cielo despejado; una cosa muy rara en esa época del año.
—No es gran cosa —dijo el chico que pensó la sorpresa—, pero cuando necesito inspiración vengo aquí.
—Payton... es hermoso, nunca he visto un lugar tan hermoso —confesó ella, mirando todo lo que la rodeaba. Detrás de ellos habían árboles y oscuridad.
Payton apoyó su cabeza en el hombro de ella y sonrió. Él tenía la mano apoyada sobre el suelo y Violet apoyó su mano sobre la de él. Este apoyó su cabeza sobre la cabeza de Payton y este último habló.
—Mira allí está mi casa —Payton señaló, con el dedo anular de la otra mano, a un lugar en el horizonte.
Había como treinta mil luces; Violet no sabía cual era la que estaba señalado con el dedo anular.
—¿Cómo sabes? —preguntó ella, demasiado curiosa, como siempre.
—Me costó mucho encontrarla. Pero si, es esa.
—Ah... —exclamó ella, susurrando. Payton, si no estaba muy cerca de ella, no la escucharía decir eso.
—No sabes cual es, ¿no? —preguntó él.
—¿Te digo la verdad? —Payton movió la cabeza, asintiendo—, no.
—Yo tampoco, te mentí —dijo riendo. Violet abrió la boca y se separó de él.
—Ay. Yo me lo creí —dijo. Payton rió fuertemente.
—Violet... quiero que sepas que eres muy importante para mí —habló, de la nada; luego de estar en silencio mientras calmaba la risa.
Violet se quedó callada y Payton juntó sus labios formando una línea recta.
—Para mi también lo eres, Payton —confesó.
—Una pregunta...
—Dime —respondió Violet.
—¿Cuantos años tienes? Solo quiero saber si puedo estar contigo así, aunque dudo que tengas doce o trece años.
—Tengo quince.
—Oh, bueno. Yo tengo diecisiete. No hay muy diferencia, ¿no?
Violet rió.
—Creo que no —y lo besó.
Luego, ambos se quedaron callados. Era un silencio confortable, para nada incomodo.
—Emm... —habló Payton después de un momento de silencio largo—, nunca traje a nadie a este lugar. Eres la primera persona y... me preguntaba si... nos podíamos sacar una foto —terminó, un poco nervioso.
—Claro —aceptó ella, un poco nerviosa también.
Juli <3
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Desde Arriba - P.M | NUEVA EDICIÓN
Teen Fiction¿Qué pasa si un día no tienes tu auto y tienes que ir en un transporte público? Él tiene la vida perfecta. ¿Y ella? Todo lo contrario. historia corta. TW: drogas, posible depresión, bullying, enfermedad, suicidio, muerte.