Capítulo 59

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-Ha sido el mejor día de mi vida. Decía Bella feliz cuando llegaban a su departamento.

-Y así serán todos los días. John le dio un beso en la frente.

-John. Bella se alejó un poco de él. -Ya es tarde y la verdad no quiero que tu familia se preocupe más por tí.

-No me quiero separar de tí. John se abalanzó sobre ella y la atrajo hacia él.

-Yo tampoco. Le susurró al oído. -Pero mañana hay que ir al hospital y no has llegado a tu casa en días.

Bella lo miró a los ojos y le acarició la mejilla.

-De acuerdo. John suspiró. -Pero mañana me quedaré y no acepto un no por respuesta.

Bella se rió y le dio un beso.

-Está bien. John saltó de alegría y cuando estuvo más lejos gritó.

-¡TE AMO!

Eso hizo que Bella se avergonzara y se tapara la cara, pero en el fondo estaba muy feliz.

Esa noche, Isabella dibujó muchos bocetos de John y de ella. Estaba demasiado emocionada, que necesitaba exteriorizar todos sus sentimientos.

En la mañana siguiente, John la esperaba frente a su edificio.

-Buenos días. Dijo Bella al verlo.

-Buenos días, hermosa. John la abrazó y la besó. -No sabes cuánto te extrañé.

Bella se rió.

-Apenas pasaron unas cuantas horas desde que nos vimos.

-Aún así, no soporto estar ni un minuto alejado de tí. John la volvió a besar, pero esta vez con frenesí.

Bella estaba sin aliento.

-E-es mejor irnos.

-Vamos. John sonriendo, le tomó de la mano.

-John. Bella se detuvo. -Te agradezco que hayas venido por mí, pero es mejor llegar por separado. No quiero más problemas y Jennifer sigue odiándome, así que preferiría pasar desapercibida por el momento.

John afirmó con la cabeza.

-Sé que Jennifer fue la causante de los rumores, pero no te preocupes, de eso me encargo yo.

John le plantó un beso y se alejó decidido.

Bella llegó al hospital y en cuanto entró, comenzaron los murmullos.

En el aula todos la observaban, incluso alguien se atrevió a empujarla por la espalda haciendo que chocara en la pared.

Bella no dijo nada, simplemente dejó que se burlaran. Ella sin inmutarse se alejó y se sentó en una silla para tomar la clase.

Después de eso, las cosas siguieron igual. En la entrega de guardia, todos murmuraban y se reían en silencio.

Solo cuando llegó con el doctor Ginn, pudo tomar un respiro.

-Buenos días, doctora Myers. La saludó amablemente. -¿Cómo se encuentra el día de hoy?

-Mucho mejor, doctor. Sonrió Bella. -Le agradezco muchísimo el que me haya ayudado ese día.

-No tiene nada que agradecerme. Le palmeó un hombro sonriendo y se dirigió a visitar a sus pacientes. -Presénteme los nuevos ingresos.

-Claro que sí, doctor.

Bella pasó la mañana tan ocupada, que ya hasta el final del turno, se dio cuenta que los rumores y murmullos habían ido cesando.

-¿Habrá sido John? Pensó Bella. -Espero no haya recurrido a algo malo, no lo he visto en todo el día.

Medicina de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora