Capítulo 67

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Después de la cena, John y Bella pasaron por un lago congelado.

-¿Sabes patinar? Preguntó John.

-En patines normales. Se rió Bella.

-Eso es más que suficiente. John la jaló de la mano y se dirigieron hacia donde prestaban patines para hielo.

-Pero yo no sé patinar sobre hielo. Exclamó preocupada.

-No te preocupes, yo estaré cuidándote. Le decía John mientras le ponía los patines.

En cuanto la chica pisó el hielo por primera vez, comenzó a resbalarse. Era muy difícil mantenerse en pie.

-Descuida, yo te sostengo.

Poco a poco Bella pudo finalmente patinar sola.

-Al principio fue complicado, pero ya le agarré el truco. Decía Bella orgullosa.

John se alejó de ella e hizo piruetas sobre el hielo como un profesional.

La gente que estaba ahí empezó a aplaudir y Bella lo miraba atónita.

-Eso fue asombroso. John se acercó a ella y la ayudó a salir de la pista. -¿Por qué no me habías dicho que patinabas tan bien?

-Pues no creí que fuera tan importante. Se rió. -De pequeño practiqué muchos deportes diferentes.

-¿De verdad? Preguntó asombrada.

-Sí, pero ninguno lo llevé a practicar de manera profesional, solo fue como un hobby.

John le quitó los patines a Bella y se fueron hacia el hotel.

-Ahora que veo todo esto, no me has contado mucho de tu niñez. Mencionó Bella.

-No me gusta hablar mucho de eso.

-¿Ocurre algo malo? Se preocupó Bella.

John se detuvo y tomó a Bella de las manos.

-Es sólo que es algo de lo que prefiero no hablar.

Siguieron caminando hasta llegar a la habitación.

John se sentó en el sofá dejando caer la cabeza hacia atrás.

-¿Estás bien? Bella estaba a punto de llorar por verlo así.

Y sin previo aviso, John la besó.

-Bella... Dijo cuando se hubo alejado de ella. -No es tu culpa y tú no te mereces esto.

John se levantó y suspiró.

-Cuando era niño, mis padres viajaban mucho por su trabajo. Como sabes, mi padre es piloto aviador y mi madre es diseñadora de interiores. Por lo que prácticamente mi hermano y yo siempre estábamos solos. Bella se paró del sofá y lo abrazó. -Para entretenerme a mi hermano y a mí, nos inscribían a diversas actividades, entre ellas el patinaje en hielo.

John se sirvió un vaso con agua.

-Mi hermano Jim cuidó muy bien de mí, lo cual le estaré eternamente agradecido, pero aún así yo necesitaba de unos padres comprensivos. John bebió el agua. -Y no me gusta hablar de esto, porque a pesar de todo sé que mis padres lo hicieron para brindarnos un gran futuro a mi hermano y a mí, pero aún así duele recordarlo.

Bella le tomó de las manos.

-Tus papás te aman y de eso no tienes que dudarlo ni un segundo. Bella le acarició una mejilla. -Gracias por confiar en mí y decírmelo.

-Gracias a tí por estar conmigo. John la besó y la cargó hacia la cama.

-M-mañana hay que levantarse temprano. Protestó Bella.

-¿A quién le importa eso? Y continuó besándola.

Medicina de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora