Capítulo 16

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John abrió los ojos de par en par asustado.

-Al principio me hizo sentir protegida cuando le conté lo que me había hecho mi primo y se notó más preocupado cuando le dije que nadie sabía, que incluso seguía viéndolo, aunque ya no le hablara. Así que a pesar de que lloré y le confesé la experiencia más terrible de mi vida, me comprendió porqué lo había empujado y me sentí amada.

John estaba a punto de llorar.

-Pero después de un rato, él me dijo que no era mi primo, que él nunca me lastimaría y al final me obligó a tocarlo. Yo estaba aterrada, quería alejar mi mano y al mismo tiempo no quería hacerlo para no decepcionarlo más. Después de eso me hizo practicarle sexo oral también...

John no pudo más y la abrazó, más que para ella, era por él. No quería que lo viera llorar porque sabía que a Bella no le gustaría que la vieran con lástima.

-Sé que soy una tonta, pero a pesar de eso, continúe saliendo con él. Continuó diciendo Bella. -Pasó poco tiempo para que los temas sexuales se fueran haciendo más explícitos y más evidentes.

John se tranquilizó y volvió a verla a los ojos.

-El día en que perdí mi virginidad, realmente yo no estaba lista, pero él me lo pedía mucho y sabía que si me negaba se enojaría conmigo. Así que para no tener más problemas, accedí. No fue nada romántico como en los libros que leía, fue muy doloroso, y llegué incluso a sentirme sucia, pero al mismo tiempo me sentía curiosa. Honestamente estaba demasiado confundida, llegando al punto de mentirle a mis padres. Llegué a decirles que estaba viviendo en mi casa que ellos me rentaban, cuando en realidad estaba viviendo en la casa de él solo porque él me lo pedía.

Bella le enjugó las últimas lágrimas que caían por las mejillas de John.

-Viví con él casi 2 años y en las primeras semanas estábamos muy bien, era como si estuviéramos casados y para mí era hermoso. Pero llegó el punto en que se volvió todo muy rutinario, casi no salíamos a citas, nos enojábamos mucho y todo el tiempo era sexo. Sinceramente llegamos a tener relaciones hasta 4 veces al día, por lo que a veces no salíamos del cuarto. Un día mis padres decidieron que se vendrían a vivir conmigo en la ciudad S, por lo que me tuve que regresar a mi casa.

-Supongo que algo sospecharon tus padres. Comentó John.

-En realidad no. Lo que pasó fue que mis padres se dieron cuenta que casi no comía porque estaba en el externado y me era muy difícil trasladarme del hospital a la universidad y viceversa. Por lo que el último año y medio él estuvo en su casa y yo en la mía. Desde ese momento yo sentí que todo estaba yéndose aún más para abajo, pero ingenuamente creí que lo podríamos arreglar.

-No eres ingenua. La consoló John.

-Lo era. Contestó Bella.

Medicina de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora