Capítulo 2 ¿Quién Es Lena?

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Se levantó y se dio una ducha, quería ver a Matt, quería ver como actuaría después de lo que hizo ayer. Cuando estuvo lista, quitó el seguro, abrió la puerta, caminó rápidamente a la salida y miró a su padre, dormido en un sillón, como si nada extraño hubiera pasado.

Cerró la puerta con lentitud, para que este no se despertara, lo que menos quería era que su padre le comenzara a gritar que era una zorra, los vecinos ya estaban hartos de sus escándalos.

Al llegar al colegio, caminó hasta su salón y tomó su asiento, todo parecía estar como siempre, pero la única diferencia, era que, Michael ya no estaba, ya no sentía esas bolitas de papel topar en su cabeza, ni los susurros diciéndole puta loca. Tenía que admitirlo, que él estuviera muerto, fue lo mejor que le pudo pasar al mundo.

Hizo una mueca cuando su labio se abrió, lo había mordido demasiado, limpió las rastros de sangre de sus labios y siguió divagando, pero cuando volvió al mundo real, todos estaban callados y el profesor Davis ya esta ahí. Tenía un semblante triste y demasiado serio.

Dejó de hacer garabatos en su cuaderno e hizo sus manos puños al saber lo que diría, ya todos lo sabían, no hacía falta hablar de eso y darle más lástima a Michael, no se la merecía.

El profesor Davis los miró a todos y suspiró, las malas noticias no eran su fuerte.

—Jóvenes, a ocurrido algo horrible y es necesario que lo sepan.

Ella miró a su alrededor y vio como todos ponían caras tristes al saber por dónde iba el tema, la desaparición de Michael no iba a ser algo que se dejaría pasar como si nada.

No es como si la desaparecida fuera ella.

—Lamentablemente, su compañero Michael, está desaparecido.

Todos soltaron un gemido lastimero y comenzaron los susurros.

Lena volteó la cabeza lentamente, mirando a Matt, él parecía estar demasiado tranquilo y como si nada después de que ayer estaba lleno de la sangre de Michael.

Él le lanzó una mirada asesina después de que la notó.

¿Por qué la miraba así?

Ella no iba a decir nada, era un asunto que no le incumbía, tenía sus razones para hacerlo, ¿no? Regresó la mirada al frente y miró al profesor, que seguía teniendo su semblante de tristeza.

Era patético y hasta cierto punto le daba vergüenza ajena, solo era Michael, no era alguien importante, no es como si fuera una mente brillante que dentro de unos años iba a descubrir la cura para la esquizofrenia, solo era Michael Harrison, el tonto mariscal de campo.

Al terminar la clase, todos salieron del salón, preguntándose donde estaba Michael, Lena solo caminó lentamente a su siguiente clase, preguntándose donde estaría el cuerpo de Michael. A la hora del almuerzo, compró un poco de comida, no tenía hambre, pero sabía que no debía andar con el estómago vacío, su medicamento era fuerte y podría causarle úlceras en el estómago, no quería sufrir más de lo que ya lo hacía.

Se sentó en una mesa completamente sola y alejada de los demás, todo en el colegio la tachaban de fenómeno y nadie se le acercaba. No le importaba, le daba igual lo que pasaba con todos, para ella, ningún humano valía la pena, excepto Matt.

Sacó su frasco de pastillas cuando terminó de comer y se llevó una a la boca. Volvió a guardar sus pastillas en la mochila y salió de la cafetería, estaba harta de compartir aire con todos y pensaba a menudo en conseguir un arma y dispararle a todos, para después, dispararse.

Cuando las últimas clases del día terminaron, salió del colegio y comenzó a caminar a casa, como era de costumbre, pero al pasar por las gradas, lo vio, recargado en su coche, mientras una chica de minifalda, le hablaba y pasaba sus dedos por su pecho. Ella ladeó la cabeza y fantaseó durante unos segundos ser ella, ¿qué se sentiría tocarlo?


Mental DecadenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora