Lena se había levantado un poco tarde, se dio una ducha y se vistió, saliendo al mundo. Caminó hasta el centro, no tenía nada importante e interesante que hacer, así que decidió perder el tiempo fuera de casa. Vagó durante minutos, hasta que se metió a una tienda de ropa, no compraría nada, pero miraría hasta que se aburriera.
Se metió en la sección de ropa interior y miró algunas prendas. Tomó un conjunto rojo y lo observó, estaba lindo. Lo dejó en su lugar y miró otro.
—¿Sabes lo que pasó ayer en la casa de los Jefferson?
Lena levantó la cabeza de inmediato y miró a las chicas a su derecha, a tan solo un metro de distancia de ella. Lena dejó el conjunto de ropa en su lugar y se acercó un poco más, fingiendo ver algunos brasieres.
—¿Qué?
—Al parecer cuando todos llegaron a casa, encontraron a su perro degollado en la cama de su hija, con un escalofriante mensaje.
—¿En serio?
—Sí, al parecer creen que es el asesino de Boulder.
—¿El mismo que asesino a Michael Harrison y Jackson Müller?
—Sí, ese. Hay rumores de que dejaran la ciudad.
El alma de Lena se fue hasta los pies y de inmediato salió de la tienda. Miró a la izquierda y después a la derecha, tratando de descifrar hacia donde estaba la casa de Matt. Al final se fue hacia la derecha. Caminó cerca de dos horas y tomó aire cuando miró la casa del chico.
Tocó repetidas veces hasta que Matt abrió con una cara de fastidio y entrecerró los ojos un poco cuando miró a Lena en la puerta. Movió su cuerpo y le hizo espacio para que pasara. La chica entró y él cerró la puerta, después la vio y Lena se mordió el labio. Matt notó su cara de espanto y se cruzó de brazos.
—¿Qué pasa? —Pregunta en tono calmo.
—¿Supiste lo que pasó en la casa de Gina?
Matt no mostró curiosidad ni nada por el estilo, lo que hizo que Lena confirmara sus sospechas de inmediato. El buen Matt Johnson le había dado un buen susto a Gina Jefferson.
—¿Qué pasó?
—Para que te lo digo si ya lo sabes, ¿no?
Él evitó embozar una gran sonrisa, pero no pudo mantenerse en esa postura por mucho tiempo y sus labios se estiraron, formando una sonrisa cual Joker. Lena soltó un suspiró y se sentó en uno de los sillones, mirando hacia la puerta corrediza que daba hacia el patio de la casa.
La sonrisa de Matt comenzó a desvanecerse poco a poco y se acercó a Lena, hasta que terminó sentado a su lado.
—Se mudarán, ¿sabes?
—Pues que suerte la suya, su muerte iba a ser dolorosa.
—Matt.
El castaño pudo ver la preocupación acumulada en sus ojos azules, pero no logró comprender porque ella estaba tan preocupada.
—Deberías detenerte, Matt, no está bien.
Él se sintió flojo, no esperaba que Lena le pidiera tal cosa y se replanteo; tal vez Lena no lo aceptaba como él creía, tal vez Lena solo estaba encantada por su inusual encanto.
—Jum, es como si me pidieras que deje de respirar.
Matt se puso de pie y se detuvo en la puerta de vidrio, justo ahora estaba sintiendo algo nuevo, un vacío en el estómago y un dolor profundo en el pecho.
—Solo digo que deberías detenerte por un tiempo.
El chico sonrió burlón y negó. Estaba completamente decepcionado de Lena y comenzaba a reprenderse por haber dejado que todo fluyera con ella, por pensar que con Lena podía tener más que solo el mínimo contacto físico entre dos amigos.
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Mental Decadencia
Teen FictionLena solía odiar todo aquello que tenía en la vida; su casa, la escuela, el pueblo, pero sobre todo a ella misma. Boulder Colorado no le brindaba la seguridad que ella necesitaba, sólo había una razón por la cual ella seguía andando y esa razón llev...