Lena
Después de haber pasado días en el departamento de policía, donde la interrogaron y la hicieron hacer pruebas apuñalando cosas que tendrían la dureza de un esternón, la trasladaron a Balsam House, por sus obvios problemas mentales. Empezó a ir a terapía y sus medicamentos estaban en orden.
No estaba mal, pero ella no dejaba pensar en Matt y por más que preguntaba por él, nadie le respondía, era como si hubiese dejado de existir. La fueron a buscar al jardín y la llevaron a la sala de visitas. Roger estaba ahí, mañana sería su juicio y entendía que tenían que hablar. Lena se sentó frente a él y Roger le sonrió.
—¿Cómo estás Lena?
—Mentalmente bien, pero mi espíritu se muere en cada segundo.
—Ya veo.
Roger comenzó a sacar papeles de su maletín y Lena se cruzó de brazos. El acomodó los papeles y se los tendió, pero ella no los tomó.
—Hablaremos de tu defensa de mañana.
—Roger, no me interesa.
—Lo sé, Lena, pero soy tu abogado y mi deber es ayudarte.
—¿Qué hay de Matt? ¿También lo ayudarás?
Las palabras de Matt resonaban en su cabeza y trató de actuar normal, creyéndose por completo las palabras que le diría. Sabía que no estaba bien lo que iba a hacer, pero si al menos, podía dejar a uno de los dos en libertad, lo tomaría. Aunque eso lo dejara como un mentiroso.
—Sí, Lena, a los dos, ya verás que serán libre en cuestión de nada.
—Bien.
—Tendrás que declárate inocente, no te preocupes, te defenderé de lo que sea que te quieran acusar. Las pruebas que te hicieron no dieron resultado y los resultados del médico de aquí, serán suficiente, serás libre, te lo aseguro.
—Sí, y por fin Matt y yo podremos estar juntos.
—Sí —Dijo Roger en un susurró, sintiendo la mentira correr por su esofago.
Después de que se fue, Lena hizo su rutina, cenó con los demás enfermos y tomó su medicamento.
Sus horas de sueño fueron pocas, no dejaba de pensar en todo lo que podría pasar en el juicio. La vistieron de acuerdo con la situación y la llevaron hasta los tribunales, se reunió con Roger y él no dejó de asegurarle lo bien que iba a salir todo. La sala estaba llena y tomó asiento con Roger en una de las mesas. El juez se hizo presente y su juicio comenzó.
El abogado enemigo comenzó a mostrar las fotografías de su padre muerto y su muñeca lastimada, alegando que ella era una asesina en potencia. Lena dejó de mirar las fotografías y se quedó mirando a la nada. No le importaban esas mierdas. Regresó en si cuando Roger se levantó y comenzó a hablar sobre la inocencia de su cliente, mostró las fotografías de cuello lastimado, sus brazos, las pruebas de que ella no tenía la fuerza suficiente para apuñalar a alguien y sus expedientes médicos.
Un descanso de diez minutos fue lo que dieron, para tomar la decisión final. Lena estaba en un apartado fuera de la sala y miraba la ventana.
—Esto está ganado, Lena.
Roger estaba feliz, y ella también quería estarlo, pero le faltaba Matt. Regresaron a la sala y se estuvo sentada escuchado un motón de palabras a las cuales no les puso atención. La hicieron ponerse de pie y ella suspiró.
—¿Cómo se declara la acusada?
Lena abrió la boca, pero las palabras no le salieron, porque no era la verdad, era la total culpable, todo era una completa mentira. Roger la miró y le puso una mano en la espalda. Lena lo miró y él la animó asintiendo.
—Inocente.
Y se sentó.
Lo que sucedió a continuación fue lento; la declararon inocente del asesinato de Barry Holden y Roger saltó de la felicidad, quiso compartir su alegría, pero no podía, no después de haber mentido de una forma tan descarada en un tribunal.
Salieron de la sala y Lena se quedó quieta cuando miró al chico Grey.
—Alex.
Él se acercó a ella y la abrazó, había sido un mes y medio demasiado largo, y había extrañado mucho a sus amigos. Las lágrimas de Lena salieron.
—Lo siento tanto, Alex.
—Está bien, Lena.
Ambos se separaron y Lena se limpió las lágrimas. Se sentaron en un par de sillones y Alex se sorbió los mocos.
—Intenté visitarlos, pero no me lo permitieron, ¿sabes algo de Matt?
—No, nos negaron toda clase de contacto.
—Bueno, yo creo que está bien, todo saldrá bien.
Lena asintió, creyendo en sus palabras, porque realmente quería que fuera verdad, realmente quería que Matt quedara libre. Se despidieron minutos después, y Alex le prometió visitarla después. Lena regresó al sanatorio y se fue a su habitación, era libre y podía irse, pero no lo haría, esperaría a Matt y ambos irían a donde quisieran. Sin importar la mentira que dejaban en el tribunal.
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Mental Decadencia
Teen FictionLena solía odiar todo aquello que tenía en la vida; su casa, la escuela, el pueblo, pero sobre todo a ella misma. Boulder Colorado no le brindaba la seguridad que ella necesitaba, sólo había una razón por la cual ella seguía andando y esa razón llev...