Capítulo 17 Matthew Jonhson

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Durante la mañana, Lena lavó su ropa e hizo un poco de tarea, aún estaba triste por la discusión que había tenido con Matt. Odiaba como habían terminado las cosas. Había perdido a la única persona que le importaba. Tomó su teléfono cuando comenzó a sonar. Frunció un poco el ceño cuando miró el número desconocido, pero contestó.

—¿Hola?

—¿Lena?

—¿Sí?

—Oh, que bien, marqué varios números erróneos, no sabes la alegría que tengo ahora por haber acertado.

—¿Quién eres?

—Soy Alex.

—Oh, hola, Alex.

—Hola.

Y después hubo un silencio. Lena lo notó de inmediato, algo pasaba, Alex no le marcaría para cualquier bobada.

—¿Qué ocurre?

—Escucha, Lena, sé que esto no te incumbe, pero necesito tu ayuda, eres en la única persona en la que confió.

—¿Qué pasa?

—Anoche arrestaron a Matt.

—¿Qué? —Preguntó en un murmuro.

Sus peores pensamientos la abordaron. Matt estaba en prisión porque de seguro alguien se dio cuenta de él fue el que mató al perro de los Jefferson, o porque es el asesino de Michael y Jackson.

Su corazón se desbocó y se sujetó a la cama.

—Hicimos algo que no debimos, Lena, ahora está en los separos, pero, puede salir con multa.

El alma de Lena regresó a su cuerpo, no era nada de lo que ella estaba pensando. Matt no estaba arrestado por sus asesinatos.

—¿Qué hicieron?

—Te lo contaré después, pero aquí, es donde te necesito, Lena.

—Dime.

—La multa es de cuatrocientos dólares.

—¿Tanto?

—Sí, solo tengo trecientos y me preguntaba si tu podrías conseguir los otros cien.

—Sí —Dijo Lena sin pensarlo, ya se lo había dicho a Matt ayer, él le importaba, tal vez más de lo que debería.

—Bien, consíguelos, te veo en la casa de Matt.

—Okay.

Lena colgó y se puso de pie, sabía cómo conseguir esos cien dólares. Tomó algo de sus ahorros y entró a la habitación de su padre. Tomó un reloj y su anillo de bodas (que no usaba desde hace años), al igual que dinero que escondía en su cajón ropa interior. Salió por la ventana y se fue a vender lo que había robado a una casa de empeño cercana.

Después se fue a la parada de autobuses que se encontraba a cinco cuadras de su casa, si caminaba tardaría unas tres horas en llegar a la casa de Matt. Después de una hora, Lena bajó del autobús y caminó durante diez minutos para llegar a la casa del castaño. Alex estaba sentado en la banqueta cuando Lena llegó. De inmediato se puso de pie y la chica se acercó.

—¿Qué pasó, Alex?

—Nos metimos en carreras clandestinas.

—¿Qué? ¿Por qué?

—No lo sé, Lena. Matt estaba muy raro, actuaba de forma extraña.

Lena agachó la cabeza, ella era la razón de esa extrañez y no pudo evitar sentirse culpable. Si ella se hubiera callado la boca y ya, Matt no estaría arrestado.

Mental DecadenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora