Capítulo 21 Thomas

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Cerró los ojos con fuerza, esperando que se fuera, pero al volver a abrirlos, él seguía ahí. Lena soltó un sollozo, la versión de ese Thomas era demasiado cruel y horrible, siempre la hacía hacer cosas espantosas, como aquella ves que tuvo su primera recaída. No dejaba de seguirla a todos lados y no la dejó tranquila hasta que ella se rajó las venas; fue de la única forma que pudo librarse de él.

Matt sintió la cama moverse y puso una mueca, aún no quería despertarse, estaba cansado y quería dormir hasta tarde. Estuvo a punto de volver a conciliar el sueño, pero la cama se volvió a mover de forma violenta. Él frunció el ceño sin abrir los ojos, comenzaba a sentir un poco de enojo porque no lo dejaban dormir. Estuvo a punto de darse la vuelta, pero escuchó un sollozo y abrió los ojos de inmediato.

Lena estaba mirando a una de las esquinas de la habitación, mientras varias lagrimas resbalaban por sus mejillas. Pronto supo que algo no andaba bien. Se sentó en la cama lentamente, tratando de ver lo que Lena miraba, pero no había nada, solo oscuridad.

—¿Lena?

Ella escuchó la voz del chico, pero ella no volteó, tenía miedo de hacerlo, tenía miedo de dejar de verlo y que la atacara; sabía que solo estaba en su mente, pero conocía como podía llegar a ser tan traicionera, no podía confiar ni en ella misma.

Sintió la mano de Matt tocando uno de sus brazos y cerró los ojos con fuerza, haciendo que más lágrimas salieran.

—¿Lo ves?

—¿A quién?

—A él.

Sabía que su pregunta era estúpida y que Matt no podía ver lo que ella veía, pero no podía evitarlo, el miedo no la hacía pensar con claridad. Él apretó los dientes, la mente de Lena estaba haciendo de las suyas nuevamente.

—¿Quién es "él", Lena?

—Thomas.

Matt no contestó, solo se levantó de la cama y comenzó a buscar los antipsicóticos en las cosas de Lena, no quería que esto llegara lejos y terminara lastimándose más de lo que ya estaba.

Lena seguía sin apartar la mirada de la persona que tenía en frente, le temía demasiado. Thomas sonrió macabramente, dejando a la vista sus dientes bañados con una sustancia negra.

La piel se le erizó, sabía que esas sonrisas no significaban nada bueno.

"¿Por qué no tomas el cuchillo que hay en su mesita de noche y se las clavas ahora que está distraído?"

Ella frunció un poco el ceño, ¿qué cuchillo? Se mordió el labio con fuerza. Odiaba a ese Thomas, siempre quería que lastimara a las demás personas.

—¿Cómo... como sabes que hay un cuchillo allí?

Matt volteó lentamente a verla, pero ella seguía mirando a la nada, no pudo evitar tensarse al saber que estaba teniendo una conversación para nada agradable con lo que fuera que viviera en su cabeza.

Lena apretó las sábanas de la cama cuando miró a su hermano sonreír una vez más.

"Porque lo estoy viendo, no eres una persona muy lista, ¿cierto?"

Lena miró la mesita de noche de Matt y era verdad, ahí estaba el cuchillo de Matt, ese con el que le gustaba destripar personas.

—No quiero.

"¿Por qué no? ¿Desde cuándo te importan los demás? Estamos juntos en eso ¿lo recuerdas? Se cómo funciona tu mente, querida."

Lena negó, se negaba a creer que sus alucinaciones pudieran saber más de ella que ella misma, no había manera alguna.

Mental DecadenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora