Lena llegó a su casa, estaba completamente sola y supuso que su padre estaba trabajando, lo cual indicaba que, no llegaría a dormir, su expresión no lo demostraba, pero estaba feliz, tendría un día tranquilo en casa, sin ese hombre asqueroso que siempre quería propasarse con ella.
Caminó a su habitación y se puso a hacer todas sus tareas, no es como si pudiera ponerse en huelga y dejar de hacerlas, tampoco quería ir a los cursos de verano, la última vez que había ido era como ir al colegio normal, las burlas no dejaban de caer. Al terminarlas, se preparó un poco de comida y regresó a su habitación, tomó su computadora y se conectó al internet de su vecino, buscando ver una película, una que le enseñara que la vida no era tan mala con algunas personas.
Al llegarse la noche, puso seguro a su puerta y se metió a la cama, lista para dormir, había sido un día tranquilo en casa y estaba agradecida por eso. Antes de cerrar los ojos, recordó a Matt y a Olivia, ¿qué habrá pasado con ellos? Tal vez solo tuvieron sexo y ella se fue, como normalmente lo hacía esa clase de chicas, en especial Oliva.
Todos sabían lo que esa chica hacía por sexo, y se preguntó porque a ella no la molestaban por ser tan zorra, ella no lo era y se lo decían a diario, la sociedad era estúpida, por eso estaba contando los días de sus últimas píldoras, tendría un bajón y con algo se duerte, se moriría.
Soltó un poco de aire, le disgustaba pensar en Matt con otra chica, él le gustaba mucho y por más que soñaba despierta, sabía de sobra que él nunca la miraría de otra forma y, si ahora tenía su atención, era porque ella sabía que él había asesinado a Michael, solo la vigilaba para que ella no hablara de más, era triste, pero totalmente la verdad.
Al otro día, salió de casa y se fue al colegio, caminando con lentitud como siempre lo hacía, no tenía prisa por llegar y no le importaba llegar tarde.
Al entrar al salón, la mayoría de sus compañeros ya estaban, solo caminó un poco para buscar un asiento y esperar que un meteorito callera y los asesinara a todos dolorosamente. Todos tomaron asiento cuando el profesor Davis entró.
Lena levantó la mirada y pudo ver lo triste que se miraba, como si algo realmente malo le hubiera pasado, como si le hubieran dicho que la pensión de su retiro fue cancelada.
El profesor miró a todos los alumnos, que lo miraban con ojos angustiantes, él solo se daba ánimos mentalmente para decir la terrible noticia.
—Jóvenes, como saben, Michael estaba desaparecido —El profesor guardó un poco de silencio y miró sus manos. —Los policías no se dieron por vencido y no dejaron de buscar, hasta que obtuvieron algo —El profesor tomó aire y los miró a todos.—Lamentablemente, no lo encontraron de la forma en la que nos gustaría. Me duele mucho tener que darles esta noticia, pero, ayer encontraron su cuerpo.
Todos comenzaron a soltar gemidos lastimeros y una que otra chica comenzó a llorar, a ella le parecía tan estúpido que lloraran por él, era un idiota.
—Les pido que oremos por su compañero.
Lena miró a todos con antipatía, ella no rezaría por el chico que le hizo la vida imposible todo ese tiempo que llevaba de conocerlo, que se lo llevara el diablo y lo conviertiera en su puta.
No le daba gusto que estuviera muerto, pero sabía que se lo tenía merecido, quien sabe a cuantas personas más ha molestado antes que a ella.
—Se hará un altar, para que puedan dejar sus condolencias, sabemos lo mucho que Michael era querido por sus amigos —Dice el profesor Davis, tomando un pedazo de papel higiénico, pasándoselo por los ojos, limpiando sus lágrimas.
Lena puso los ojos en blanco, ni que fuera Tom Hardy para tomarse tantas molestias, tanta palabrería sobre lo bueno que era Michael le comenzaba a hartar.
ESTÁS LEYENDO
Mental Decadencia
JugendliteraturLena solía odiar todo aquello que tenía en la vida; su casa, la escuela, el pueblo, pero sobre todo a ella misma. Boulder Colorado no le brindaba la seguridad que ella necesitaba, sólo había una razón por la cual ella seguía andando y esa razón llev...