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Sentado allí, entre cuatro paredes blancas como siempre, el piso acolchado y ningún color más que el de su piel, porque hasta su ropa era blanca.
Su pelo gris, caía sobre su frente, en silencio intentando conservar su poca cordura.
Había perdido hace mucho tiempo cuánto había estado encerrado, lo último que recuerda era que estaba haciendo experimentos con el tiempo, por muy raro que fuera, pero lo único que logró fue crear una gran explosión...
Luego de eso, el gobierno lo tuvo encerrado y haciéndole experimentos cuánto querian, sin importar si lo lastimaban o no.
Levantó sus brazos lentamente, mirando sus venas celestes, desde aquel experimento estas se habían puesto así, lo único que sabe es que después de los experimentos le borraban la memoria, y eso lo supo porque lo escuchó de aquellos guardias.
Escucharlos, si, verlos, no.
Hace ya no sabe cuánto tiempo no había tenido contacto humano, solo estando allí acostado todo el día.

Apoyó su cabeza contra la acolchada pared, su cordura ya no duraría mucho tiempo y probablemente su destino sería morir allí entre silencio y cuatro paredes blancas.
Pocas veces se había visto a el mismo, apenas y recordaba que tenía pecas, párpados cimetricos y ojos marrones, el resto de su cara como labios, nariz o proporciones más allá de eso no recordaba nada.
Su cabeza ya estaba bastante destrozada con todos los experimentos, no sabía que le habían hecho pero estaba hecho mierda.
A veces podía verse, heridas, moretones ya sanados pero que dejaron marca, y muchas más cosas que ya no sabía identificar, aparte de que se estaba volviendo loco.
Su voz ya no había salido en años, no le gustaba hablar, porque no tenía a nadie a quien hablarle y ahora sentía que si abría la boca su garganta seca ya no funcionaría.

Cerró los ojos, recordando los colores que había visto en su vida, si había una cosa que le gustaban eran los colores que recordaban, aunque era irónico, claro, le encantaban los colores pero todo a su alrededor era blanco, realmente irónico.
Suspiró por lo bajo, acostándose con pereza allí y mirando hacia la luz (blanca también) que iluminaba toda la habitación.
Sin darse cuenta se quedó dormido, era raro de el, muchas veces no podía dormir, aunque tampoco sabía si era de día o de noche.

Tu no causaste la explosión...
Cállate.
Que es esa melodía?
Manten la calma... manten la calma... MANTEN LA MALDITA CALMA!
CALLATE DE UNA MALDITA VES!, MIRA LO QUE MIERDA LE ESTAN HACIENDO!, ERES FELIZ SABIENDO LO QUE LE HACEN?
Es peligroso.
Claro que no, y lo sabes bien.
Fue su culpa.
CLARO QUE NO!

Levantó de golpe su cuerpo, su respiración agitada y un sudor frío en todo su cuerpo.
Sin quererlo las lágrimas caían de sus ojos, pasando sobre sus notadas ojeras y recorriendo sus mejillas llenas de pecas.
Siempre tenía sueños extraños, pero este lo había asustado de sobremanera.
Pero también era cierto, la conversación no, pero eso de la melodía si, no sabía, cuando, porque, ni dónde había escuchando una melodía de cuna, la cual se le había grabado totalmente en la mente, siempre reproduciendola por su cabeza trozada, está siempre logrando calmarlo por muy extraño que sonara.
Le encantaba la melodía, y nunca se cansaría de ella.
Se quitó las lágrimas de las mejillas y ojos, frotándose estos levemente mientras trataba de regular su respiración, que clase de sueño raro era ese?

Se levantó lentamente, mareado y con una leve punzada en la cabeza.
Se estiró, sonando su espalda y sonando su cuello el cual resonó por toda la habitación.
Se acercó a la puerta, blanca claramente, y la tocó, queriendo saber que había detrás de ella, al principio había intentado salir, pero obviamente nunca le funcionó.

Todo estaba silencioso, como siempre, pero de repente unos sonidos extraños le hicieron subir la mirada extrañado.
Miró fijamente la puerta, pero se sobresalto cuando algo chocó bruscamente contra esta del otro lado.
Se pegó asustado a la pared, escuchando gritos y ruidos más fuertes que no eran humanos pero no supo identificar.
Estaba asustado, pero cayó hacia un costado cuando algo explotó en la pared de al lado de la puerta, creando un gran hueco en esta.

Aún tirado en el piso, agitado, levantó lentamente la mirada, la luz cegandolo un momento.
Cuando pudo ver bien, la habitación comenzaba a quemarse por la explosión, habían varias personas con armas en las manos, haciéndolo asustar y retroceder hasta chocar contra la pared contraria a ese lado.
Humanos, eran humanos como el!, Hace cuanto no veía otro humano?
Estos lo apuntaron, asustandolo aún más y haciéndolo llorar.
Lo único que recuerda es que alguien disparó algo que se clavó en su brazo, haciéndolo caer dormido profundamente instantes después, luego de eso todo fue negro.

Bevrijd me (Hyunlix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora