Capítulo 12 - La trampa de Eliza

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  • Dedicado a M.A.D.T
                                    

Aunque la visita de mi padre fue inoportuna, traté de ignorarlo y me fui al mismo lugar de siempre, la colina, llevé conmigo la armónica que Candy me regalo, escuchando un poco de música, me relajaba y mis pensamientos se despejaban, Candy fue a verme como siempre.

— No tocas mal Terry — me dijo sonriendo acercándose hacía donde estaba sentado — Cantaré contigo

— Es muy amable de tu parte, pequeña hermana Grey — dije sonriendo esperando su hermosa reacción

— ¿Cómo que pequeña hermana Grey? ¡Qué mal educado! — frunció el ceño y alzo su mano con el puño cerrado

— Jajaja Siempre que me ves me dices mal educado

— No es mi culpa que lo seas — ¿Era una disculpa? — Sabes recibí una carta del señor Albert — se sentó justo al lado mío y me dio la carta, yo la leí

“Hola Candy, estoy en África, actualmente estoy en África ¿Te sorprende? Discúlpame por no despedirme, quería decírtelo cuando fuiste al zoológico, pero al verte tan alegre, no pude hacerlo. Aquí hay muchos animales, y son mucho más dinámicos que los que están en jaulas, y el paisaje es magnífico, por el momento trabajo en un pequeño consultorio médico y me ocupo de los animales, aquí trabajan muchos extranjeros, todos están muy orgullosos de su trabajo, también hay una enfermera americana que se parece mucho a ti… y quizás a Puppet le agrada mucho, no hay despedidas entre nosotros, porque estoy seguro que nos volveremos a ver. No te preocupes por Huly, selo dejé a un muy buen amigo del zoológico… Atentamente: Albert y Puppet”

— África… no podremos verlo más en el zoológico, es una pena… Era tan bueno — me daba tristeza que Albert se fuera, porque él y Candy eran con los únicos que podía ser yo mismo — pero entiendo su manera de vivir, vive el día a día, sin apegarse a un solo lugar — y yo admiraba mucho eso de él, cuando tuviera su edad, me gustaría ser como él, Albert era más un ejemplo a seguir, mejor que mi padre — Me pregunto cómo es esa enfermera que se te parece

— Así — Candy sonrió y se apuntaba así misma

— Quieres decir que tiene una nariz pequeña con muchas pecas y trepa arboles — Candy solo sacó la lengua

— Es muy valiente para trabajar en una tierra desconocida — dijo cruzando los brazos

— Eso es cierto — y miré a Candy con mucha intensidad, en verdad la amaba, yo nunca amaré como mi padre, Candy era especial, merecía amor verdadero y era lo que yo quería darle, todo de mí, ella era la persona que más quería en el mundo, la quería mucho más que a mi madre, ella tiene todo lo que mi corazón necesitaba. Candy tuve que irse a clases y como yo nunca iba, prefería hacer lo mismo de siempre cuando tengo mucho que pensar, cabalgar.

— Vamos Teodora, corre

Y cuando mi yegua comenzaba a cabalgar apareció una chica lo cual me hizo detener a Teodora — ¡Espera, Terry! — era Eliza, me gustaba ser amable con ella, pero era solo para burlarme, para ilusionarla como a todas las chicas del colegio

— Buenos días señorita, es peligroso lanzarse sobre un caballo

— Bueno vine a advertirte — tenía una sonrisa un tanto macabra — ¿Qué tan bien la conoces?

— ¿A quién? — le pregunte confundido

— Hablo de Candy — eso no me agradaba mucho, sabía que algo quería, siempre quiera algo de mi

— Pero ¿Qué es lo que quieres? — estaba dispuesto a escucharla, pero no presentía comentarios positivos, Eliza era conocida por ser una gran chismosa

— Deberías saber que ella trabajaba como sirvienta en mi casa, y siempre logra engañar a la gente, fue así como logró ser la hija adoptiva de la familia Andrey, pero en realidad es una ladrona, robó mis joyas y también las de mamá, y hasta hoy en día, parece que se roba las cosas de las compañeras — Eliza habló tan rápido que creo que ni siquiera respiro un segundo — además es agresiva, ¡golpeo a Neal! ¡Te aconsejo que no salgas con ella, Terry! — parecía desesperada, por la manera en la que habló, no me agradó nada, no sé mucho sobre el pasado de Candy, pero estaba seguro que Eliza hablaba por hablar, nada era cierto, además odiaría que Candy me juzgara por las cosas que dicen de mi

Terry Grandchester y su historia (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora