Capítulo 16 - Aún te pienso...Candy

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Llegué a mi primer día en la compañía, había varios nuevos además de mí, nos dieron una pequeña bienvenida, explicaron el funcionamiento del lugar y se presentaron todos, tanto la gente que ya estaba como nosotros los nuevos, volví a ver esa chica rubia, su mirada era tierna pero penetrante, quise ignorarla pero no dejaba de verme, era el primer día y ya me estaba fastidiando.

Nos permitieron marcharnos pronto por ser el primer día, y se acercaban las fechas en las que se preparaban las obras, estaba dispuesto a actuar y llegar a tener mi primer protagónico. Algún día invitaría a Candy, y le enviaría noticias a mi padre, me sentía feliz, porque finalmente estaba haciendo lo que mi corazón quería, pero al llegar a mi departamento, me sentía triste, porque hubiera dado cualquier cosa para estar en ese lugar, pero junto a mi adorada Candy.

¿Cómo olvidarla? Ella es la única chica que pudo ver a través de mí, no le importó que fuera la escoria del colegio, ella quiso estar a mi lado, y aunque al principio era muy rudo con ella, en realidad gracias a Anthony, no sé cómo, pero ablandó mi corazón y me convertí en otra persona por Candy, quería estar a su lado, pero aún se me hacía muy pronto para mandarle una carta, lo haría cuando tuviera mi primer protagónico, entonces sí, le invitaría y le pediría que se quedara conmigo.

Dormir era algo complicado, porque esa chica de ojos verdes, pecosa, rubia y de cabello abultado, me quitaba el sueño por completo, deseaba correr a ella y decirle “Te amo”, pero nunca fui capaz ni de despedirme, fui un completo cobarde, pero era momento de brillar.

***

Ya estábamos ensayando para el tour que tendríamos por Estados Unidos, la mayoría eran de beneficencia, pero era la primera vez que actuaba frente a un público y no solo conmigo mismo, intentaba no darle importancia a nada más que a la actuación, era inevitable, mi personalidad era de la que causaba polémica o que era muy “interesante”, todos en la compañía se hablaban muy bien, pero yo solo les saludaba algunos y a otros ni les hacía caso, al igual que en el colegio, me volví popular, todos hablaban de mí, en ocasiones cosas buenas y otras no tanto.

No era que quisiera darme mucho crédito a mí mismo, pero era buen actor, así que avancé pronto, mis primeros papeles fueron secundarios o terciarios, con poco importancia, la temporada ya estaba abierta y en Broadway nos veían mucho, Stanford era una compañía de buen prestigio, en realidad me encantaba ese lugar, era increíble estar viviendo mi gran sueño, las únicas dos personas que he amado en el mundo les confesé mi pasión por la actuación.

Cuando ensayábamos y había descansos, me subía a la azotea, tomaba la armónica de Candy y tocaba un par de melodías, no sabía tocar perfectamente, pero me gustaba hacerlo algunas veces, esa era mi manera de recordar a mi Tarzan Pecosa, cerraba los ojos mientras una dulce melodía salía desde la armónica, así era todos los días.

— Terry, eres maravillo actuando — decía Susana cuando bajaba del escenario después de haber terminado el acto de la obra

— ¡Terry! ¿Cómo lo haces? Eres excelente — dijo Diana, otra chica de la compañía, solía estar mucho junto a Susana, me reservé los comentarios, ni si quiera les miré

— Terrence, es muy cruel — me dijo George, uno de mis compañeros más jóvenes y uno de los pocos a los que le hablaba mejor

— Son demasiado odiosas — le dije haciendo una mueca de desagrado

— Yo daría cualquier cosa para que Susana o Diana me miraran Terrence — No quise contestar a eso, no me agradaba nada que ese par estuvieran detrás de mi

— Terrence, mañana podrías venir temprano, tenemos que hablar sobre las próximas obras — me dijo el director solo asentí, me fui de nuevo a techo a recordar a mi amor, cerré mis ojos y ahí estaba Candy

— Terry — esa voz me interrumpió, sabía perfectamente de quien era — ¿Qué haces Terry? — Ella siempre vestía muy elegante, era de familia adinerada, así como yo lo solía ser, pero no quise responder y seguí tocando — Siempre vienes a tocar tu armónica aquí ¿verdad? — Seguí tocando sin responderle — ¿Por qué quieres estar solo Terry?

— Quiero alejarme de personas como tú — le dije y seguí tocando, esperaba a que ella se pusiera a llorar o se fuera desilusionada, pero ahí seguía, mirándome fijamente, odiaba que me viera así

— Terry… — dijo con brillo en sus azules ojos y me levanté para irme — ¿Ya te vas?

— Si — me acerqué a la puerta

— Acabo de llegar Terry — Ella pensaba que estaba solo porque no le hablaba a nadie, pero lo estaba porque me encontraba con mi amor verdadero, simplemente me fui dejándola en la azotea, en verdad que ella me caía muy mal

Me fui a casa, ya era otoño y se sentía cada vez más y más el frio, caminaba siempre hasta mi casa, no quedaba muy lejos, a veces me dormía inmediatamente y otras no, me sentía algo solo, pero la única manera de dejar esos sentimientos atrás era actuando, compré libros y los leía por las noches, cuando algo me gustaba lo subrayaba o me levantaba de mi cama y actuaba.

En los próximos días la prensa estuvo en Stanford, estuvieron haciendo entrevistas a los que ya tenían tiempo en la compañía, se quedaron todo el día para ver los ensayos, me agradaba la idea, porque aunque Stanford era buena compañía, me gustaba la idea de ser un poco más reconocido, quería que mi talento destacara, al terminar el día, escuché como siempre los comentarios sobre mí, pero quería ser fuerte e ignorar todo.

Al día siguiente, llegó el periódico y lo leí, me sorprendió saber que me estaban viendo a mí, en esos días, había una pequeña nota sobre mí, ensayábamos y subí de nuevo al techo a relajarme, cuando bajaba, estaban todos sosteniendo un periódico — ¿Terry has visto el periódico? — Me preguntó Sara, una actriz algo mayor de edad

— Si, lo he visto — parecían estar todos emocionados, había páginas enteras que hablaban de la compañía, lo cual era muy favorable

— Tienes muchos elogios, y una gran fotografía tuya ¿Has visto? — volvió a decirme Sara

— Si — dije sin compartir su emoción

— Todas las miradas estarán puestas en ti — era mujer era la más comunicativa de la compañía, además de que la acompañaba una odiosa y chillante voz — Te han definido como la nueva estrella

— Si, gracias, nos vemos — me alejé de ahí pronto, me gustaba destacar, sin embargo la forma en que ellos lo hacían lo era lo que buscaba, mi talento era lo que quería que vieran, además me preocupaba un poco, podría ser que alguien se enterase que la actuación la llevo en la  sangre, a eso me refería a mi madre.

— ¿Viste cómo nos contestó? — comenzaron a murmurar a mis espaldas

— Es muy apuesto y es buen actor — dijo Diana

— Pero tiene muy mal carácter — dijo Sara

Lo que me preocupaba, no era que hablaran de mí, esa misma mañana leí el periódico y decía algo sobre la guerra, pensaba en Inglaterra, en Candy, temía en que estuviera en peligro, en que se involucrara el país de mi padre y que ella… No, no quería ni pensarlo, pero era algo en lo que no podía dejar de pensar, quería cruzar al Atlántico e ir por mi amada Candy, rescatarla antes de que algo le sucediera, y venían a mi esos recuerdos, aquellos días en el colegio San Pablo, no había caído en cuenta de que ya habían pasado semanas desde entonces, pero aún no podía olvidar a Candy.

— Terrence, un periodista quiere hacerte una entrevista — me dijo Julianne, una actriz muy guapa, de cabello negro, que a mi parecer era una de las mejores en la compañía

— Voy en seguida — le dije, estaba decidido a seguir mi camino de la actuación, me prometí avanzar pronto, llegar a un lugar como al de mi madre y poder ir por ella, deseaba que nada pasara en Inglaterra hasta que volviera a ver a Candy.

Nota: ¡HOLA!  Les quiero mucho y como duré una semana sin actualizar aqui esta otro capitulo, más tarde publicaré otro :3 esper que les guste mucho, mucho, no olviden de votar y cometar a esta historia, nuevamente les invitio a que lean alguna de mis otras obras, si les gustan haganmelo saber con un voto o comentarios... ¡Saludos!

Terry Grandchester y su historia (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora