Capítulo 43 - Luna de miel

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Pensé que Candy y yo no tendríamos luna de miel, pero Archie y Annie organizaron algo especial para nosotros, un viaje a la playa, así que preparamos todo, pensamos que ellos nos acompañarían, pero el viaje era para nosotros dos solos, nos sentimos nerviosos, nos dieron los boletos de tren en primera clase y fuimos rumbo a Nueva Jersey, a la playa de Sea Bright, nunca había ido a la playa a disfrutar del clima y de todas las cosas bonitas que hay en esos lugares, así que estaba emocionado, y más porque estaría con mi amada y bella esposa Candy.

— Annie me conoce muy bien, sabía que nunca había visitado la playa, he visto el océano, pero no es lo mismo que estar en un lugar tranquilo distanciado de barcos

— Ya hace un par de años que terminó la guerra y todo está en tranquilidad, este viaje será emocionante, ¿no crees? — le dije a mi esposa

— La verdad es que estoy nerviosa porque, será la primera vez como esposos que estaremos solos, no habrá nadie ni nada que nos interrumpa — dijo Candy

La tomé de la mano mientras ella miraba la ventana del tren — ¿Por qué te pones nerviosa? Estaremos bien, ya lo verás — intenté calmarla, pero yo me encontraba igual que ella, sabía exactamente porque estaba nerviosa, yo también me sentía así, pero era algo que teníamos que afrontar como adultos que éramos.

El viaje duró unas cuantas horas las cuales dormimos, poco antes de llegar a nuestro destino, despertamos y no dijimos ni una sola palabra, estábamos intranquilos por llegar, Candy apretaba con fuerza mi mano y por fin el tren se detuvo.

Estábamos en una playa con pocos visitantes, tranquila y cerca del hotel en el que nos hospedábamos, primero dejamos todo en nuestra habitación, Candy se metió al baño y se puso su traje de baño, y salió con una sonrisa que acaparaba toda su cara — ¿Qué te parece?

— Muy bonito, así como tú — le dije y se sonrojó

— Vamos a la playa, es nuestra luna de miel y a eso venimos hasta aquí — ella parecía comer ansias por entrar al agua

— Claro amada mía, pero primero tendré que cambiarme — ella se puso nerviosa, pensó que me desvestiría en su presencia

Se dio la vuelta — te, te espero abajo — y cerró la puerta apresuradamente, traté de no tardar mucho, Candy era capaz de irse a la playa sin mí, pero cuando baje, ella aún estaba ahí, sentada en el lobby, se veía impaciente, me vio y se alegró, dio un brinco con el cual se puso de pie, me tomó de la mano y casi que arrastrándome me llevó a la playa, donde había algunos niños y sus padres divirtiéndose, pero Candy estaba maravillada ante la vista del mar, sus ojos verdes brillaban y ella aun sostenía mi mano con fuerza, no se movía, mi instinto juvenil aún no moría, así que para que saliera de su trance la empuje de modo que calló y una pequeña ola la mojó toda.

— ¡TERRY! — me gritó con enojó, me jaló de un pie y me tumbó, caí sentado, me dolió bastante, pero no me dio tiempo de si quiera quejarme pues me arrastró a donde ella estaba y nuevamente una pequeña ola nos empapó

— Candy, pagarás por esto — corrí adentrándome más al mar y ella me siguió, nos salpicábamos y parecíamos tener una guerra de agua

— ¡Toma! — me decía con gran energía

— Parece que Tarzan pecosa no es muy buena en el agua— pues ella se mantenía cerca de la orilla

Se acercó un poco y dijo — Siendo sincera, no sé nadar, es por eso que estoy cerca de la orilla por si una ola me quiere llevar, yo intento correr

— No tienes que temer Candy, estoy yo aquí, el rescatista de damiselas en peligro, no olvides que salvé a Eliza, aunque estoy casi seguro que estaba fingiendo, si lo hice con ella, a ti mi querida esposa cruzaría el océano para rescatarte

Terry Grandchester y su historia (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora