Me sentí mal por haber tratado tan mal a mi madre, Candy tenía absolutamente toda la razón, amo a mi madre mucho más que a mi padre, y ella no tiene la culpa que el gran duque de Grandchester haga las cosas a su gusto y placer, pero ahora él no podía detenernos y podía estar con mi madre, la invité a pasar, prendí fuego en la chimenea, ella preparó té, no dijimos nada, solo estar sentados juntos viendo como el fuego se consumía.
Esa misma tarde me llegó una invitación de parte de Eliza, su tía abuela me agradecía por haberla salvado ese día, no tomé mucha importancia, pues estaba con mi madre, pero quería ir, una fiesta y convivencia con los demás no me haría mal. Mi madre se marchó al amanecer, no me di cuenta, yo seguía dormido cuando ella se fue, pero me dejó una nota que aún guardo.
“Terry, perdóname por no despedirme, sabes que tengo trabajo, pero no quería continuar sin saber que me has perdonado, el día que quieras visitar serás bienvenido, dale las gracias a esa chica, Candy, tiene buenos sentimientos, ahora entiendo porque te has enamorado de ella, salúdala de mi parte, Terry ven a Estados Unidos y viviremos juntos… Te quiere tu madre”
Los bueno es que ahora ya no estaba ni una foto de ella, ni su nombre, si alguien encontrara la nota de mi madre quizás no sabrían quien la escribió, ya no temía de nada, era mi madre, debería sentir más vergüenza de tener al duque de Grandchester como padre que esa bella mujer llamada Eleanor Baker.
Me preparaba para ir a la fiesta blanca de Eliza, quizás Candy iría, ella también era una Andrey, también quería demostrar un poco que no soy lo que piensan, también puedo ser educado y amable, le dí un baño a Teodora, ella era blanca, haría perfecta conbinación a la ocasión, no fue dificil encontrar mis ropas blancas, era uno de mis colores favoritos, me puse lo mejor que tenía, y me monté en mi caballo, no quería llegar tan temprano, sabía perfectamente como era Eliza, y quizás no me soltaría para nada.
Estaba cruzando el bosque y escuché ruidos, pensé que quizás era un pajarillo, pero era demasiado escandaloso, y no sabía que era hasta que ví a una chica rubía que atravesaba el bosque como un mono.
— Candy — Mi corazón dio un gran salto y se aceleró bastante, era ella, tenía tantas ganas de verla
— Me asustaste — dijo Candy
— Y tu a mi, no sbaía que había un mono por el bosque — sonreí, Candy traía un vestido de color beige y me pareció extraño — ¿Qué haces no irás a la fietsa blanca?
— ¡Por supuesto que no! No estoy invitada — dijo con una gran sonrisa en su rostro
— Pues yo tampoco — Si Candy no iba, no tenía abosoluto sentido presentarme
— ¿En serio Terry? — y sus ojos brillaron al instante que dije esas palabras, quizás ella se sentía sola y quería un poco de compañía
— No te alegres tanto Candy — esa chiquilla era tan obvia, pensaba que en esas vacaciones Candy y yo pasaríamos mucho tiempo juntos, quería que ella se quedara conmigo, y la invité nuevamente — ¿Quieres venir a mi casa? Hay muchos fantasmas — le guiñé le ojo
— ¿Por qué no? Además me gustaría conocer a los fantasmas
Subí a Candy sobre Teodora y cabalgamos lentamente hasta llegar a la casa, llevé a mi yegua al establo y conduje a Candy a una habitación donde había armaduras y muchas cosas de mi padre, estaba oscuro, no se veía nada, Candy estaba asustada, yo solo miraba a esa pequeña chica que me volvía loco.
— Estoy seguro que en realidad le tienes miedo a los fantasmas
— ¡Por supuesto que no! — gritaba Candy y se hacía eco en la habitación
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Terry Grandchester y su historia (EDITANDO)
FanficCandy Candy, un manga adaptado al anime creado por Kyoko Misuki e ilustrado por Yumiko Igarashi. Los que busquen más, lean el manga, este fanfic lo escribí por varias razones y la principal es que, a pesar de que me fascina la historia, no estuve co...