No hacía nada más que rondar por el colegio, algunas veces me salía a beber, me aburría de estar solo en ese lugar, por eso escapaba, también lo hacía con la esperanza de que en una de esas las hermanas me vieran y me echaran del colegio, pero eso nunca pasaba. Ese día quise irme lejos, a veces recordaba los malos tratos de mi padre, la actitud egoísta de mi madre, es tonto apellido Grandchester, era demasiado peso para mí, quería ser libre, intentaba serlo.
Aquella noche fui a un bar, bebí demasiado, caminaba de regreso al colegio, soy alguien de poca tolerancia, y aquellos tipos me estaban molestando, me enojé y tire un golpe, creo haberle dado a uno de ellos, pero eran cinco en contra mía, me estaban golpeando bastante, me lastimaron con una navaja, un buen hombre que iba caminando, vio que estaba en apuros y me quito de encima a todos ellos, los venció fácilmente, pero yo estaba ebrio, no tenía suficientes fuerzas para defenderme como lo haría normalmente.
— Y dime muchacho ¿Cuál es tu nombre? — preguntaba aquel hombre joven
— Terry, ¿Quién eres? ¿Por qué me ayudas? — estaba confundido, muchas veces tuve peleas y nadie me ayudó
— Soy Albert, ¿A dónde te llevo? — él era muy amable
— Ahh... Al colegio San Pablo — estaba mareado, a penas y podía caminar, Albert me ayudaba a caminar
— Valla, si vienes de ahí me preguntó porque te has metido en tremendo lió, hueles mucho a alcohol, no me sorprende que te hayan golpeado tan fuerte
— Espero que esto no sea mucha molestia para ti, no vi venir bien las cosas — me sentía mal
— Ya casi llegamos, no estábamos muy lejos, pero por cómo estas quizás tenga que entrar contigo, dime donde es tu dormitorio
— Es ese de ahí, eso creo está muy oscuro, no veo perfectamente — me ayudó a subir por la ventana, porque si entrabamos por el corredor, una hermana podría vernos y metería en problemas a este hombre
— Bueno, me despido, soy Albert, si gustas ir a visitarme alguna vez, trabajo en el zoológico Blue River, pregunta por anteojos y me encontrarás — se fue.
No tuve tiempo de darle las gracias y mucho menos contestarle, abrí la ventana y me caí, estaba tan débil que mis piernas no reaccionaron.
— ¡Terry! ¿Pero que estas...? — era la habitación de Tarzán pecosa, el señor debió equivocarse, me senté y ella estaba con una cara muy pálida
— Terry... estas cubierto de sangre ¡Oh Dios mío! ¿Pero qué hiciste... es grave?
— No es nada, fue solo una pelea — respiré hondo, me dolía todo — Eran muy numerosos, y un sujeto que estaba parado, me sacó de ahí... y amablemente me trajo acá y yo...
— ¡Pero hueles a alcohol Terry! — finalmente se había dado cuenta
— Es verdad, ¿Lo hueles? — y exhalé en su cara
— ¡Granuja! — con su mano hizo hacía atrás mi cabeza — ¿Hasta cuando dejaras de violar las reglas? ¡Bribón!
— ¡ay! — Esa Tarzán pecosa me movió muy bruscamente, me dolía la pierna
— ¿Eso fue con una navaja? — y estaba otra vez pálida
— ¡Por supuesto! — ella intentaba curar mis heridas, pero en verdad dolía mucho
— Más suave por favor, me haces daño — le dije, pero no funcionó
— ¿Ya olvidaste lo que me dijiste? — apretaba fuertemente la venda de mi rodilla
— Espero que no estés vengándote de mí, señorita Tarzán pecosa
— ¡Cállate un momento! Deja que atienda tus heridas — aún en esos momentos ella seguía dándome ordenes
— Te aprendiste tu nombre, tienes buena memoria, Tarzán pecosa... ¡Ay! — Lo siento, déjame descansar un poco y luego me iré... No te habría molestado, si no se hubiera equivocado él
— Deja de hablar y descansa — ella estaba muy distraída, quizás buscaba la manera de sacarme de ahí — Terry Iré a una farmacia de afuera
— ¡No hagas eso! ¡Déjame tranquilo! — no pensé que ella se comportará de esa manera conmigo
— No puedo dejar a alguien que está cubierto de sangre, tienes suerte, porque no soy una chica que se desmaya al ver sangre — corrió hacía la ventana — Se prudente y descansa, regresaré enseguida
— ¡Candy! ¡No, espera! — esa chica... Candy
Me dormí, Candy tardo mucho en regresar, tenía las buena intención de esperarla, pero el haber entrado a su habitación fue suficiente, los vendajes de Tarzán pecosa fueron muy efectivos, una buena enfermera, me levanté y ahora podía estar de pie, debajo de la cama estaba la cuerda con la que Tarzán pecosa se trasladaba por el bosque, la tomé prestada, y aunque ella no estaba me despedí y le di las gracias.
***
Gracias por dedicar tu tiempo a leer esta historia.
Te invito a que continúes, ojalá te guste y disfrutes mucho la experiencia de este fanfic.🌸Sígueme en Facebook como: La Oscuridad de Nocturna
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Terry Grandchester y su historia (EDITANDO)
FanfictionCandy Candy, un manga adaptado al anime creado por Kyoko Misuki e ilustrado por Yumiko Igarashi. Los que busquen más, lean el manga, este fanfic lo escribí por varias razones y la principal es que, a pesar de que me fascina la historia, no estuve co...