Capítulo 11 - La forma de amar de Richard

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Después de tal aviso, me levanté y desayuné un poco, no me agradaba mucho la idea de que Candy trajera a toda su pandilla de amigos, pero no me pidió permiso, solo me avisó, de igual manera vería a Candy, y me di una ducha, me arregle como suelo hacerlo, me gustaba mucho mi cabello largo, estaba por abrir el garaje cuando Candy llegó.

— ¡Hola Terry Traje a los otros! — gritó Candy dirigiéndose hacía mi

Y un chico alto de lentes corría muy aprisa — ¡Querido Terry! ¡Estoy realmente conmovido con tu invitación! — Me tomó de la mano como si estuviera ante la misma reina de Inglaterra — Te subestimé… quiero decir, encantado de conocerte — me abrazó con mucho esmero — ¡Pensar que de verdad quieres mostrarme tal tesoro! ¡Casi me desmayo cuando Candy me dijo de la invitación!

— Me alegra que te guste —  le dije alejándome de él —  Sobre todo porque ese avión no representa nada para mí —  Abrí un poco más la puerta del garaje —  Esta adentro, puedes hacer con él lo que quieras

— Es increíble — dijo casi susurrando, se quedó inmóvil ante el avión — Definitivamente lo tenemos que hacer volar — Stear se dobló las mangas de su camiseta y se subió al avión — Dame una mano Archie — se dirigió al chico de cabello castaño

— De acuerdo — contestó este

— ¡Yupi! El motor todavía funciona, ¡pásame el alicate Archie! — Stear estaba demasiado emocionado, yo solo los observaba

— Es mejor que lo dejemos así Stear — decía su hermano

Pero me aburrí, porque eso en realidad no me llamaba en absoluto la atención y fui a buscar un libro y me senté debajo de un árbol a leer, claro los supervisaba de que no hicieran atrocidades, pero todo trascurría normal, pasaron unas horas y esos chicos aún estaban ahí moviéndole al motor del avión.

— ¡Terry! ¡¿Dónde estás Terry?! — gritaba Candy, a esa chica le gustaba mucho gritarme, la volee a ver y ella me tomó del brazo jalándome hacía el garaje — ¡Ven a ayudarnos en lugar de leer!

Entramos al garaje y quedé un poco sorprendido —  Lo reparó, es increíble

— Felicítenme si logro hacerlo volar, tengo mucha confianza — dijo Stear, yo solo sonreí

— ¿Qué tal si almorzamos después de eso? — dijo la chica de lentes

— Preparamos unos Sándwiches espectaculares — Dijo la rubia de cabello lacio

— ¡Vamos! ¡Vayamos juntos! — gritaba Candy

Tomé un par de cuerdas y entre todos ayudamos a mover el avión del garaje y nos dirigimos al campo, para que así Stear pudiera volar el avión.

— ¡Uno, dos! ¡Uno, dos! ¡Uno, dos! ¡Vamos! ¡Un poco de esfuerzo!

— ¿Qué haces Candy? — pregunté

— Los guio con mi voz — respondió — ¡Uno, dos! ¡Uno, dos!

— No te haría mal hablar mientras jalas la cuerda — esa pequeña solo nos gritaba y no ayudaba en nada, era mejor eso que recibir órdenes

— Gracias a todos, este lugar es perfecto — dijo Stear, se subió al avión y encendió el motor

— ¿Estas seguro que funcionará? — le decía preocupada la chica de lentes, creo que su nombre es Patty

— No te preocupes, mira bien, ¡te mostraré lo que haré! — ese Stear sí que tenía mucho optimismo y entonces el avión despegó.

— ¡Lo logró!

Terry Grandchester y su historia (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora