Capitulo 5 - Un chico llamado Anthony

5.8K 306 27
  • Dedicado a M.A.D.T
                                    

Como de costumbre yo no entraba a clases, y siempre iba a esa bella colina, caminaba pensando en muchas cosas que me gustaría hacer, logré ver una chica recostada en el césped, era Candy sin duda alguna, quizás debería saludarla, pensé.

— Es agradable ver a una chica acostada

— ¡Terry! — Gritó, ella solía sorprenderse mucho al verme — Me alegra que estas mejor— sonreía

— ¿Con que derecho te preocupas por mí? — Era verdad, no creía importarle tanto —No tienes porque, Tarzán Pecosa

— ¡Que cabeza de mula! ¡Te dije que me llamaba Candy! — podría decir que literalmente sacaba fuego, pero estaría exagerando, solo estaba un poco molesta — Te recuerdo que el otro día me arriesgue mucho para ir a comprarte los medicamentos

— ¡Vaya! Una delincuente ¿Saliste sin autorización? — quizás era la primera vez que ella quebrantaba las reglas, por mi parte eso ya era algo muy normal

— ¡Deja de burlarte de mí! — Se dio cuenta — eso lo hice por ti, ¡egoísta!

Era molesto escuchar esas palabras, no porque las dijera Candy, quien las diga me enojaba, porque yo siempre me sentí responsable de mí mismo, odiaba que lo hicieran por compromiso o que me reclamaran como ella lo hizo, cruzo mi límite de tolerancia.

— ¡No necesito de tu ayuda! No la necesito de nadie — no quiero que crean que soy un pobre diablo que no sabe cómo salir adelante solo, estaba realmente molesto, parecía que Candy se había sorprendido por mi reacción, pero era algo que no podía evitar.

— Si te lo tomas de esa manera, no tengo nada más que decirte — todavía se hacia la digna — ¡Más nunca volveré a hacer algo por ti! — se marchó, no quise decir nada, estaba demasiado enojado con ella, decía cosas alejándose, pero no quería darle importancia.

Candy, que hasta ahora se había comportado muy bien conmigo, sacó mi lado impulsivo, era difícil contenerme y no llenarme de rabia con esas palabras, casi me recordaban a mi padre y su estúpida mujer, solo alguien como él podría hacerme enojar así. Y toda esa tarde vague en mis pensamientos, aún no podía perdonarla tan fácilmente. Saqué del cajón la fotografía de mi madre, la contemplaba, ni mi padre ni mi madre me aceptaban, me sentía solo. Me cambie de ropas y di nuevamente una vuelta por el bosque del colegio, anocheció y seguía afuera de mi habitación, creí que era tiempo de volver, comenzaba a tener un poco de frió.

Entré a mi habitación y estaba Candy, sosteniendo la fotografía de mi madre, me llenaba de rabia, porque si ella no quería que se supiera que yo era su hijo, nadie debía saberlo, lo ocultaba de todo el mundo, porque en realidad mi padre me daba igual, mi madre me importaba mucho más, aunque odiaba que ella me rechazara públicamente como su hijo, quería guardar su secreto.

Candy se puso muy pálida al verme, soltó la fotografía, caminé hacía ella, tomé la foto y la rompí, tenía que ser un secreto, sabía que en el fondo mi madre me quería, esa foto firmada por ella, me la dio ese día que fui a verla, aunque también en el que ella me echó de su casa, había ido a verla, quiero a mi madre, pero ella prefiere su reputación que a su hijo.

— Yo...yo —  Candy iba a hablar y no quería escuchar nada acerca del tema, no pude ocultarlo bien

— ¡Nunca le hables de esto a nadie! ¡¡¡ ¿Entiendes?!!! Si no te... si no te... — pensamientos oscuros venían a mí —  ¡Si no te destrozaré! ¿Entiendes? ¡TE DESTROZARE!

Me di cuenta de lo que había dicho, ella estaba asustada, su mirada me decía que me tenía miedo  — ¡Vamos! Vete de aquí... ¡Rápido! — tenía que irse ella antes de que cometiera más errores

— Discúlpame Terry, no le diré nada a nadie, lo prometo — se marchó lentamente

Me preguntaba porque no destruí esa foto antes, así no habría amenazado a Candy, estaba enojado conmigo mismo, por ser cobarde y no haberme deshecho de ella antes de que Candy la viera. Recordé nuevamente ese día, hacía mucho frió, mi madre...

— Haz crecido Terry — esos dulces ojos me daban una pequeña bienvenida — ven acá Terry—  Estaba en la puerta de su casa, me hizo entrar

—  ¡Mi querido Terry! No era necesario que vinieras, sabes que nadie debe saber que eres mi hijo — se acercó iba a darme un beso en la mejilla — Compréndeme Terry, no olvides que te amo

Con mi brazo la alejé — ¡Terry! — gritó, ella estaba negándome como hijo, estaba haciendo lo que mi padre quería, ni mi madre podía ponerse a las ideas del gran duque, tomé mis cosas y me dirigí hacia la puerta

— ¡Terry eres un Grandchester! ¡Prométeme que no le dirás a nadie que soy tu madre!

Un invierno que era insoportable, había cruzado el océano para verla, para que ella terminara obedeciendo las órdenes de mi padre, y esa vieja, ella quería ya no verme nunca, quizás tenía las esperanzas de que me quedara con mi madre, pero por lo visto no quiso aceptarme, su mujer casi le rogaba porque me echara de la casa, y el solo me miraba. Gran duque de Grandchester, no fue capaz de decir ni una sola palabra... ¡LOS ODIO A TODOS!

Cuando mi mente estaba aturdida de semejantes recuerdos, ¡vaya familia! Quería que mis pensamientos fueran despejados, tomé mi capa, y fui directo al establo, tomé a mi querida Teodora, tenía la esperanza de que con el viento soplando en mi cara, los malos pensamientos se marcharían.

Mientras cabalgaba, Candy salió del edificio, se tropezó y calló de las escaleras, me bajé del caballo, y la cargué, estaba delirando "Anthony, no montes el caballo", decía, corrí hacia el dormitorio de chicas, desperté a la hermana Margaret, se asustó al ver a Candy desplomada en mis brazos. La llevé a la enfermería, la recosté en la cama y la cubrí, "Anthony" murmulló, estaba seguro que ese nombre lo había dicho antes. Me acerque a verla, y seguía inconsciente, Candy era una chica muy linda, le acaricie la cara, ella parecía responder a mi calor, pero escuché a la madre superiora.

De todos, ella era la que menos quería que supiera que llevé a Candy a la enfermería, antes de que ellas entraran a la habitación me salí por la ventana, aparentemente solo fue un susto, pues la hermana Grey la acompañó a su habitación, pero no me fui de ahí hasta verla bien, Candy notó mi presencia, y la hermana le llamó la atención. Me asusté, pensé que quizás se había golpeado fuertemente.

Anthony, dos veces escuché que ella le llamo, me preguntaba quién era. Lo que no podía entender, es que ese pequeño suceso me hizo pensar en otra cosa, algo que había estado ignorando, me intrigaba no saber quién era ese Anthony, podría ser su novio y eso me molestaba, porque... me gustaba Candy.

***
Gracias por dedicar tu tiempo a leer esta historia.
Te invito a que continúes, ojalá te guste y disfrutes mucho la experiencia de este fanfic.

🌸Sígueme en Facebook como: La Oscuridad de Nocturna
🌸En Instagram como: nocturnadarkness
🌸Visita mi blog: https://laescritoradelanoche.wordpress.com

Terry Grandchester y su historia (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora