Fairy Tail: ¡una nueva historia comienza! (Editados del 1 al 35; 07/06/2022)

23. Las ruinas

23. Las ruinas

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Disclaimer: Los personajes que se desmiembran o cambian de personalidad a lo largo de la historia pertenecen a la obra del célebre Mangaka Hiro Mashima. Este Fanfiction está basado en una serie derivada y secuela de su Manga principal Fairy Tail, llamada Fairy Tail: 100 Years Quest. Contiene varios hechos canónicos dentro de la obra. No obstante, varios personajes, personalidades y escenarios puede que estén fuera de este.

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...

—AJH-AJH-AJH... mierda

Laxus Dreyar se despertó por tercera vez en la noche, sudado y alterado.

El casco viejo de Magnolia dormía en relativa paz, pues salvo por contadas fechas, la vida nocturna era más bien escasa en esta parte de la ciudad...

—¡De seguro el viejo tiene algo de alcohol aquí!

Pensó que lo mejor para conciliar el sueño sería alguna de las bebidas espirituosas que estaba seguro, su abuelo tendría escondidas en la casa aun cuando la vieja Porlyusica había recomendado bajar su consumo.

Así pues, se levantó de la cama y se colocó los pantalones. Con sumo cuidado se trasladó hasta la estancia, con intención de asaltar la vitrina de licores. Para su desgracia, otro ataque de temblores lo tomó por sorpresa...

[Crack]

Tropezó con una silla, haciendo un escándalo.

«... mierda... ¡¿Qué rayos ocurre?!... »

Eran cerca de las 3 de la madrugada cuando se levantó por primera vez, con la piel de gallina y sudando la gota gorda.  Al principio creyó haber despertado de una pesadilla que no recordaba y volvió  a dormirse, hasta que la situación se repitió dos veces más, y en cada vez los síntomas empeoraban...

—¡Serénate hombre!—se dijo a sí mismo.

No recordaba haber comido algo en mal estado y la posibilidad era mínima, ya que ahora se veía obligado a comer la misma sosa comida para convalecientes que el anciano maestro, pues ahora vivía de nuevo con el...

—¡¿Vacío?!... ¡No me lo creo!

Se encontró sorprendido al descubrir la vitrina totalmente libre de alcohol. Comenzó a sudar y a temblar de nuevo. Las molestias lo hicieron empecinarse aún más en su búsqueda. Intentó usar su desarrollado olfato para encontrar el ansiado líquido...

—¡Bingo!—dijo al encontrar el inconfundible aroma del brandy barato...

Su nariz lo llevó directo a la habitación de su abuelo. Dudó un momento antes de entrar y se dio media vuelta arrepentido... Sin embargo, tuvo que entrar forzosamente al escuchar toser a Makarov...

—¡COFF-COFF!

Sin saber muy bien qué hacer, tuvo que ver al anciano retorcerse mientras se atragantaba con su propia baba. Intentó recordar bien alguna de las tantas y complicadas recomendaciones que la anciana Porlyusica le había dado para asistir en el cuidado del abuelo.