XVII - Los patos son inmortales

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¿Ya no tiene espacio en su colonia para acomodar los muertos de la calle? ¿Las fosas no alcanzan para cobijar a todos los muertos? ¡Es momento de llamar a COCOL! Nosotros nos encargamos de la recolección de cuerpos, residuos y más cuerpos. Tenemos las mejores certificaciones de calidad en nuestro trabajo, un equipo de ultra-vanguardia, y competentes capacitaciones para otorgarte a ti el mejor de los servicios. 

Con COCOL se descansa en paz.  

¡No te olvides que también tenemos productos de limpieza para tus levantadas! De bolsas ultraecológicas, hasta desinfectantes. 

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A lo mejor me estoy imaginando las cosas. 

No me hagas caso, no me refiero al anuncio del panfleto de COCOL, a veces se me va la cabeza y desvarío. Aunque no sé si empezar a jugar con los muertos como si fueran títeres es parte fundamental de las «competentes capacitaciones». Eso sí, los diablitos donde los de COCOL se llevan a los muertos no están nada mal. Son grandotes y caben hasta seis cuerpos ahí. Están geniales. 

¿Crees que a Godzilla le seguirá picando la curiosidad de venir a dejar muertos a las fosas comunes después de lo que pasó? Puede que de tantos golpes que le diste en la cabeza mientras intentabas subirlo a su auto, le hayas sacado la idea. Ojalá haya sido así. Según el francés, el amigo que hablaba raro se creyó la mentira. Lobo dijo que Godzilla puso cara de que desmayarse repentinamente era normal, y luego platicaron de la serie de Laberinto de Diamantes. 

—¿Quieres ponerle nombre, Rob? —pregunta Sol. 

—Sí.

Hoy se encuentran algunas personas caminando entre los pasillos de los cuerpos que están acostados sobre la tierra. A veces se detienen para observar a uno, y después de negar, siguen su camino por entre los muertos. Creo que en todo este tiempo nunca nos había tocado ver personas que estuvieran buscando a alguien. 

Un joven y un niño pequeño señalan a alguien de la fila de enfrente de nosotros. 

—¿No es este? Está igual de panzón que el Francisco.

—Ah, no manches —responde el mayor al niño pequeño—. Francisco no se pintaba las cejas de azul. 

—Ni pedo. Se parece, y ya me cansé de buscar a Panchito —reclama el niño comiendo de su helado que comienza a chorreársele por toda la mano. Termina manchando al muerto un poco—. Yo digo que si nos lo llevamos no pasa nada. ¿Y si le quitamos la cara como en la película esa?

El mayor se queda pensando. Rob, cruza los dedos para que no le arranquen nada al pobre muerto... 

¿Y bien? ¿Qué nombre vas a ponerle a nuestra nueva levantada? Sol ya empezó a escribirle sobre la piel con el plumón de tinta que nunca se borra, decide rayarla en la clavícula. Este - L - 10 - 05 - 25. 

—Leo.

Ese es nombre suena más a vato, Rob. No sé, ponle algo que suene bonito. Cloe, Sara, Karla, Fernanda... Para mí tiene cara de Mariana. ¿No? Además, ¿por qué Leo? Hasta tú te hubieras enojado si te hubieran puesto Leo. 

—Me gusta —responde Sol satisfecha—. Ojalá te encuentren, Leo. 

Ella se levanta y se sacude las manos. Creo que ya notó la pequeña moneda que colocaste en el bolsillo izquierdo de los pantalones del cuerpo muerto. La encontraste (robaste) ayer en la calle. Aprovechaste de inmediato cuando al pobre del vecino, el Eduardo, se le cayó el dinero por ir corriendo semi-desnudo para asegurarse de que la veladora ya no estaba en la caseta de entrada. Fue el último de la calle que se enteró de su desaparición. Yo no sé por qué cada que vemos a ese tipo está medio desnudo.  

Ni tan vivo, ni tan muerto | #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora