Ni tan vivo, ni tan muerto | #PGP2024

XIV - ¿Fiesta?

¡Volviste!

Se te va haciendo costumbre esto de irte cuando las cosas interesantes suceden. A todo esto, ¿a dónde vas cuando... te vas? Sea a donde sea que vayas, ¿sueñas? No, no creo que sueñes. Bueno, es que tú pareces del tipo de persona que cuando sueña, solo ve un cuarto blanco. Incluso puede que tú no duermas, seguro entras en trance y te comunicas con otros muertos. Dime, ¿sus vidas son tan emocionantes como la tuya?

No te perdiste de mucho, Luna hizo un extraño y corto ritual. Después de acomodarse para pintar, sacó de los cajones unas bolsas transparentes llenas de intestinos y cráneos. A Sol le empezaron a brotar lágrimas del mismo color oscuro que lo que contenía el huevo que quebró Hannah. Y de un segundo a otro, de esas mismas lágrimas brotaron gusanos que se revolvían desesperados. Estos crecieron en un parpadeo y fueron a comer los restos de cuerpos que Luna dejó para ellos. 

Vamos, dame crédito. No fue tan malo, ¿apoco no sería una excelente idea para escribir un libro? Yo digo que debería abandonarte de una vez por todas e ir a probar suerte con las letras, no parece ser tan difícil. 

¿Preguntas por Sol? Solo está modorra, más modorra que Luna (a quien también le afectó ese té raro). Lo único interesante del ritual fue que ella golpeó a Luna en el rostro mientras susurraba un par de cosas en su sueño, y derramó el bote de pintura sobre la falda de la bruja que no quiere ser bruja; pero nada más. En los rotafolios están los dibujos de lo que soñó, Luna los pintó con sus dedos y después de que se le bajara lo loco, los interpretó. 

—Lo siento —susurra Sol.  

—Eso no importa, lo que importa es que está vivo, Sol —responde Luna frotándose las ropas con una franela húmeda—. Y está cerca de ti.

—¿Pero y lo de los pájaros?

Las cosas que Sol susurraba, eran las que Luna pintaba. A veces solo hacía falta que Sol solo respirara para que Luna echara pintura sobre el rotafolio. No sé si le leía la mente o si se estaba inventando las cosas. Hannah estaba explicándote, pero la verdad no le puse atención a la de los ajos en el cuello. Lo único que le entendí fue que al soñar el destino de las personas sale de su cuerpo y es como si uno colgara los tenis. 

—Ni modo, vas a morir pronto. —Luna se levanta del lugar y talla sus dedos con la franela—. Mentira. A veces los pájaros son solo pájaros, a veces significan que viene una tormenta grande. A las parvadas las puede asustar un disparo, pero también un fuerte aplauso que haga eco. ¿Entiendes?

—Sí.

¿Tú qué vas a entender? 

—No sé qué es lo que la vieja Martita escribió de tu abuelo. Pero estoy segura de que lo encontraré. —Señala a la montaña de bitácoras colocadas sobre la mesita—. Y te avisaré de ello.

—¿Debería dejarte algún teléfono o...

—¡Luna es una experta stalkeando personas! —interrumpe Hannah soltando una bitácora de sus manos—. Estaba intentando contactar a tus antiguas parejas. Eso no funcionó. Logramos dar con un chico francés, pero él contestó demasiado tarde. Lo bueno es que Luna encontró todos los lugares donde trabajabas. Le mandó mensaje a uno de tus antiguos jefes, el de los pasteles, y él nos proporcionó con gusto tu dirección. ¡Incluso nos envió cupones con descuentos!   

—Te mandaré una carta con las hojas que encuentre —susurra Luna con pena—. Son confiables las aves esas. Las pilas les duran un montón y no pierden la señal con facilidad.

También te iba a comentar eso. Al parecer los pájaros de allá atrás no son pájaros. Es decir, lo son, pero por dentro solo tienen cables y esas cosas. Según Hannah las telarañas del primer cuarto tampoco son reales; pero a esa chiquilla no le tengo mucha confianza, porque dice que lo del huevito sí era real y tú no eres ningún ser del inframundo.