avril— Boludo, cocinás increíble — admito llena cuando terminamos de comer.
— Gracia', igual me imaginé cuando te servirte el segundo plato — ambos reímos ante su comentario.
— Ah, también le dije otra cosa a tu mamá — recuerdo lo otro, me mira desafiante y sonrío inocente — Ella no entendía como yo sabía de vo' y no los chico', viste... — levanta una ceja atento generándome nervios — Y como la verdad, yo tampoco sabía, le dije que éramos novio' — se estalla ante final de la historia.
— Está bien, no importa — resta interés entre risas.
Me sumo a su risa, ahora estaba más relajada.
Lavo todo lo utilizado, aunque intentó hacerlo él también o ayudarme me negué, ya había cocinado y cuando cociné yo otras veces tampoco me dejó ayudarlo a lavar. Tras eso, nos vamos a sentar al sillón.
— Perdón que insista. Pero, ¿por qué me pediste ayuda a mí y no a tus amigos? — suspira antes de mirarme.
— No quiero meterlos en mis bardos, si la banda de Nahuel me vé con ello' se la van a pudrir. Y la yuta lo mismo, no saben lo de Nahuel, pero si me agarran por otros mambos y encuentran relación con el asesinato de Nahuel van a terminar en el medio — me cuenta la verdad, al fín — En cambio yo sabía que vo' tenías algún lugar secreto, conocés cada puto lugar de Neuquén, más o meno', y nadie se imagina encontrarme acá tampoco. Pero igual a vo' tampoco te quiero meter en bardos, te juro que si te meto en alguno me las tomo. Por eso no te lo conté todo esto antes, pero merecías saberlo — habla sin ser cortado, necesitaba escucharlo — Estoy confiando mucho en vo' — reconoce tomando sus cabeza — No me falles, por favor — ruega con lágrimas en los ojos.
— Nunca — afirmo posando mis manos en sus piernas.
Sinceramente nunca iba a fallarle, ni a él, ni a nadie. Me gustaba la gente real, entonces buscaba serlo también. Por eso me siento mal mintiendo a los chicos sobre él y encima verlos tristes, pero contarles sería fallarle a Tomás.
Estuvimos toda la tarde mirando dibujitos, éramos como dos nenes sin cuidado ni molestias de nadie, no había nada mejor. Cuando se hizo de noche teníamos hambre y recalenté lo del medio día, había hecho bastante comida. Pero, conociéndome, esto alcanza hasta esta cena nada más.
— ¿Mañana falta' de nuevo y nos escapamos escondidos a algún lugar? — río ante sus palabras, como si yo también me estuviese escondiendo.
— Nunca falté tanto — dudo en acceder a su idea.
— Cierto, so' una chica responsable, me olvido — muerdo mi labio riendo.
Seguimos comiendo y charlando de temas variados, es increíble cómo antes podíamos llevarnos mal.