avrilFuimos con Chulu a una plaza a la salida de la escuela, estábamos tomando una coca y hablando cuando se acerca la mamá del Crackero con mala cara.
— Hola — ambos asentimos como saludo — Chulu, ¿nos dejás solas? — le dice a mi amigo, ambos nos miramos extrañados.
— Eh, sí — contesta levantándose lento.
Lo veo alejarse, giraba cada tanto y miraba confundido, estábamos en la misma. La mujer se sienta frente a mí, donde antes estaba el castaño.
— Quiero saber porqué me mentiste con lo de mi hijo — abro los ojos, ¿cómo se había enterado? — Lucas me contó que no se llevan bien y no lo habías visto últimamente — comienzo a estar nerviosa.
Me iba a odiar la mamá o el hijo.
— No es mentira — admito — Los chicos no saben, Tomás me pidió no decirles nada, sólo puedo decirle que su hijo está bien — ella sonríe felíz ante mis palabras — Por favor, no le cuente a nadie — junto mis manos.
— Está bien, no cuento nada — afirma asintiendo — Pero no entiendo, ¿cómo sabés vos y no los chicos si ustedes se llevan mal? — muerdo mi labio sin saber cómo contestar, ni yo sabía.
— Es... — hablo dudosa — Somos novio' — miento causando una sonrisa en su cara nuevamente.
— ¿En serio? — asiento dudosa, sin saber si era bueno o malo — ¡Que lindo! — exclama felíz cuando ni me conoce.
— Por favor acuérdese de no decir nada da nada — hablo seria — Meno' lo del noviazgo, e' reciente, los chico' creen que no' llevamos mal, van a andar molestando y...
— Entiendo, entiendo — asiente cortándome — Gracias por contarme — sonrío de lado ante su felicidad — Y tratame de vos o decime Teresa — advierte divertida levantándose del banco haciéndome reír.
Chulu no tardó en venir corriendo a hacer mil cuestionamientos.
— Se enteró que le mentí, se enojó, me disculpé y 'tá todo bien — me mira con una cara de desaprobación.
— Te dije que no le mintieras, Avril — río ante su enojo, no estaría así si supiera la verdad.
— Me voy a casa — dejo un beso en su cachete antes de irme.
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Sonrío nerviosa al encontrarme con la mesa y comida lista en casa, C.R.O había hecho fideos con salsa, ayer le conté cuánto me encantaba ese plato. Mierda, ahora iba a odiarme.
— Gracias — me siento en una de las sillas.
— Es lo mínimo despué' de todo lo que hace' por mí — se sienta en la otra silla.
— Perdón por arruinar este lindo momento — me atajo — Pero, hice algo que tal vez te molesta...
— ¿Qué hiciste? — levanta una ceja mirándome fijo.
— Le dije a tu mamá que 'tabas bien, no le dije donde estás, ni nada — él suelta un bufido molesto — No quería que te enojes, perdoname — tomo su mano y me mira más calmado.
— No me enojo con vo', me enojo con ella. Me fuí de casa como ella dijo y ahora hasta a vo' te pregunta si ando bien, dónde ando y todo eso — lo miro con una mueca de tristeza.
— Ella está preocupada por vo', seguro fue un momento de enojo, se nota que te quiere — revolea los ojos y mira a otro lado.
— Que me quiera mejor o que ni me quiera — se hunde de hombros restando interés.
— No digas eso, ojalá mi vieja me quisiera la mitad de lo que te quiere la tuya — me mira con la boca abierta antes de mirar al suelo.
— Perdón, no sabía — hace una mueca de lástima cuando no sabe cómo continuar.
— No interesa — niego — Comamo' mejor, ¿sí? — él asiente tomando su tenedor.
Sonrío cuando vuelvo recordar su atención de cocinarme mi comida favorita y escucharme cuando hablo. Estos días me sirvieron para conocer otro Tomás, no era el mismo chico frío de la calle, era un amor.