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avril

Abro mis ojos al escuchar la alarma, estaba durmiendo encima de Tomás, ambos seguíamos desnudos. Sonrío recordando la noche anterior, ya tuve sexo antes pero esta fue la mejor, también la primera que me hicieron sexo oral. Cuando recuerdo el día me levanto de una y me visto en segundos, dejando una nota antes de irme.

me fuí a la escuela, a la tarde vuelvo

— avril.

Corro hasta mi casa encontrando a Chulu fumando fuera.

— ¿De dónde vení', wacha? — cuestiona extrañado.

— Ahora te cuento, bancame — contesto entrando —¿Entrás? — niega quedándose a fumar.

Me doy una ducha rapidísima y armo mi mochila de la escuela. Mi mamá seguramente estaba en su cuarto, o ni idea dónde. Vamos a la escuela fumado su faso, este chico tenía la mejor nota de todas.

— Eh, ¿de dónde venías? — vuelve a cuestionar y muerdo el interior de mi mejilla nerviosa.

— De estar con un chico — suelto de una sin mirarlo.

— ¡Mirala! Te la tenías guardada, enana — bromea golpeándome suave con su costado.

— ¡Callate! — exclamo sonriendo.

— ¡¿Qué onda, Tomi?! — suelto aniamda caminando hacia Troca.

— Uh ¿y a esta que le pintó? — habla divertido abrazándome.

— Ayer fue noche de sexo — dice Chulu saludándolo con la mano.

Entre bromas entramos a la escuela, Chulu iba un año más que Troca y yo, nostros afortunadamente íbamos al mismo curso, entonces nos sentamos juntos.

Salgo de mi casa dando un portazo tras discutir con mi vieja, quería hacerse la madre perfecta y pasar la tarde conmigo. Mientras lo único que iba a hacer, e hizo hasta el momento, era contarme de sus días con su novio, como se me interesara su vida.

Jugaba pateando la bolsa en la cuál tenía galletitas y un agua para Tomás, también iba a llevarle algo que me regaló Chulu, iba a encantarle. De camino a la fábrica, me crucé a Teresa, intenté hacerme la boluda. Pero ella me terminó llamando y claramente no iba a ignorarla.

— Hola, Teresa — slaudo.

— ¿Cómo andás, Avril? — asiento antes de saludarla con un beso en el cachete — ¿Sabés de Tomás? — habla con lágrimas en los ojos.

— Está bien, mejor que antes — le cuento con sinceridad.

— Por favor, decile que vuelva o al menos un rato, necesito verlo — suplica casi llorando y muerdo mi labio, no me hagas esto.

— Veo, igual no sé cuando voy a volver a verlo. No sé en donde está, él me busca a mí — miento.

— Entiendo, entiendo. Pero no te olvides — asiento y retomo mi camino.

Unas cuadras más tarde ya estaba en la fábrica, toco la puerta al estar frente a ella, escucha su voz dentro, estaba tirando free. No tarda en abrir con una sonrisa y su torso desnudo.

— Hola, hermosa — abraza mi cintura para acercarme a él y besarme.

Lo hacía tan bien.

𝙥𝙚𝙧𝙡𝙖 ; 𝙘.𝙧.𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora