avril— Avru — me llama el Crackero cuando se hizo un silencio y lo miro expectante — ¿V-vo' la pasaste bien ayer? — pregunta nervioso, que tierno.
— Mejor que nunca — admito con una sonrisa y sonríe también.
Se acerca a mí dejando la comida de lado, nos besamos hasta que se separa brusco y lo miro extrañada.
— Necesito un baño — río al ver su divertida cara.
— ¿No meas afuera? — hablo obvia, iba a los árboles.
— Sí — asiente — Pero no necesito mear — suelto una risa al entender.
— ¡Uh! — comienzo a pensar — Te llevo a mi casa si queré', aunque hoy discutí mal con mi vieja — siento un gusto amargo al recordarlo.
— No, no te quiero armar bardo con ella — me hundo de hombros.
— ¿Y tu casa? — suelto al acordarme de su mamá.
— No, algo más cerca. No voy a ir a mi casa sólo para usar el baño — dice con una sonrisa divertida, la cuál se borra ante mi seriedad.
— No sólo al baño, también visitar a tu mamá, te extraña — su cara cambia completamente — Bueno, si no querés, vamo' a...
— Quiero estar solo — murmura seco.
— ¿Por? E-etábamos bien — tartamudeo nerviosa, arruiné todo.
— Sí, estábamos — afirma levantando el tono de voz — Hasta que la nombraste, boluda. Parece que no entendé' que no quiero verla y encima la justificás — estaba enojado, lo entendía, pero no me gustaba su forma de hablarme — ¿Sos joda? — finaliza casi en un grito.
No contesto nada y tomo mis cosas antes de irme, hasta que recuerdo lo que iba a darle.
— Tomá, son las flores que pega Chulu — le tiro el faso — A ver si con esto te calmás, wacho — hablo de mala manera.
Salgo dando un portazo, si tiene mambos con su mamá no era mi culpa, solamente intento ayudar a ambos. No era fácil sentirme en el medio de ellos e intentar contentar a los dos. Tal vez estuve mal en darle la idea, él no quiere verla, pero tampoco creo merecer que me trate así.
Arruinándome aún más el día, al entrar encuentro a mi mamá casi garchando en el sillón, con asco tomo mi skate ignorando los llamados de ella. Iba a ir a la plaza donde seguramente está Chulu, andaba todos los días en skate.
— ¡Eh, enana! — me llama Fazzini al verme, con él estaban Franky y Chulu.
Estuve toda la tarde con mis amigos, ellos me ayudaron a sacarme todos los mambos de la cabeza. Cada día los amaba más, ellos son mi verdadera familia.