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tomás

Mirábamos el atardecer en silencio mientras volvíamos a su casa, estuvimos toda la tarde tomando vino en la plaza con los wachos y también tiramos free, hasta ella se animó. Pero no hizo mucho, antes terminar unas primeras barras se reía o decía 'no esto es malísimo' y estaba tirando bien, al menos para ser una de las primeras veces estaba bien.

— Bueno, me baño y vamo' — dice abriendo el portón.

— ¿Y si no' bañamo' junto' como el otro día? — hablo en su oído dándole cosquillas ya que ríe pagando su oreja al hombro.

— Está mi mamá y va a joder — contesta sin ánimos caminando hacia la entrada.

Al entrar estaba justamente ella tirada en el sillón con muchas botellas, miro atónito a la morocha, estaba en la misma.

— ¿Venís a resfregarme en la cara que tenés novio cuando yo ya no tengo? — habla amenazante la mujer sentándose en el sillón con dificultad.

Tomo de la cintura a Avril por detrás, no debe ser nada fácil su situación.

— ¿Querés que nos bañemo' en casa? — ofrezco musitando en su oído y asiente mirando a su mamá.

Tras unos instantes toma mi mano, así me arrastra detrás de ella hacia su habitación. Mete todo lo necesario al instante en su mochila, sin sacar lo de la escuela y vuelve a tomar mi mano así nos vamos. Su mamá le grita unas cosas feas ¿esto vive a diario en su casa? Notaba su angustia entonces decidí no hablar, solamente la abracé por los hombros, que sepa que estoy con ella si me necesita.

No había nadie, mi mamá y mi hermano se van a los entrenamientos de fútbol del menor dos días a la semana.

— ¿Nos bañamos juntos o te queré' bañar sola, Avru? — cuestiono tomándola de la cintura cuando entramos a mi habitación, tal vez necesita estar sola.

— Juntos — murmura y asiento.

Tomo las toallas necesarias así nos metemos a bañar. Al instante se esconde en mi pecho y la abrazo, nunca la había visto así, hasta ahora ella solamente me contuvo a mí. Si bien nunca lloré, estuve al borde varias veces, ahora ella no sé si estaba llorando. Pero bien, evidentemente, no estaba.

Terminé bañándola yo, Avril no tenía los ánimos, entonces solamente se quedó mirando a un lugar fijo mientra me encargaba de bañarla yo, como si fuese una nena chiquita. Y sale antes, no me opongo, seguro ahora sí necesita estar sola, entonces entendiendo eso tardé más de lo normal en bañarme.

Cuando finalmente salgo ella estaba con un conjunto de encaje sentada en mi cama, tenía una mirada provocativa, a mí ya se me están generando mil sensaciones dentro.

Terminamos haciendo el amor, no tardamos mucho en llegar en llegar al orgasmo cada uno, intentamos hacerlo intenso así no molestaban mi mamá y mi hermano los cuales no iban a tardar mucho en llegar.

— Yo también — suelta de la nada.

La miro confundido sentándome en la cama y la observo detalladamente, nunca iba a cansarme de hacer eso.

— No entiendo — admito tras verla desnuda.

— Hoy me dijiste que me querías y que te contestará a la noche, ya es de noche — explica robándome una sonrisa — Yo también te quiero, Tomi — muerdo mi labio, estaba muy enamorado de ella.

— Yo te tenía un regalo — recuerdo, con todo esto lo había sacado de mi mente — Pero ahora no sé si e' el momento ¿cómo estás, amor? — el apodo salió solo y afortunadamente la hizo sonreír.

— Mucho mejor, gracias a vos — se sienta en la cama colocándose mi remera — Y exijo mi regalo — bromea golpeando la cama y río.

— Está bien — musito levantándome de la cama.

𝙥𝙚𝙧𝙡𝙖 ; 𝙘.𝙧.𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora